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El Barcelona se entrena tras la victoria ante el Ajax

Sant Joan Despí (Barcelona), 6 nov (EFE).- El Barcelona se ha entrenado esta tarde tras la victoria por 0-2 ante el Ajax, que les ha asegurado la clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones.

Los azulgrana, que han tenido que pasar la noche en Holanda por una avería en el avión de regreso a la ciudad condal, se han ejercitado en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.

El equipo de Luis Enrique ha realizado una sesión de recuperación con los titulares que vencieron al Ajax y que certificó la clasificación de los barcelonistas a octavos de final de la Liga de Campeones.

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Los azulgrana Luis Suárez y Thomas Vermaelen han hecho trabajo específico, mientras que los lesionados Andrés Iniesta, Sergi Roberto y Jérémy Mathieu ha realizado trabajo de fisioterapia. La sesión la ha completado el jugador del filial Munir El Haddadi.

La plantilla barcelonista se entrenarán mañana por la tarde (17:00 horas) y después partirán hacia Almería para preparar el partido del sábado en el Estadio de Los Juegos del Mediterráneo para enfrentarse al equipo andaluz.

Barcelona, 6 nov (EFE).- Hace no mucho, el Barcelona encandilaba a medio mundo con su fútbol de seda, sometía a sus rivales -algunos de ellos entre los mejores de Europa- con autoridad aplastante y encadenaba título tras título hasta convertirse probablemente en el mejor equipo de la historia.

No hace tanto de eso. Aunque parezca que ha pasado una eternidad, Piqué, Alves, Sergio Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro y Messi, todos ellos aún en el Barça, formaban la piedra angular de aquel proyecto liderado por Pep Guardiola.

Ahora que se ha reavivado el debate sobre el estilo, la esencia, la filosofía futbolística que el club ha abanderado los últimos 25 años, convendría recordarlo. Porque aquello de que «el fútbol es de los futbolistas» es uno de los tópicos más ciertos de este deporte.

Porque el principal problema del equipo que ahora entrena Luis Enrique Martínez no es el dibujo, ni que se ataque con laterales y se defienda con interiores, o que parezca que se haya abrazado la cultura del vértigo y se le haya dado la espalda a la pausa.

Hasta el debate sobre si los centrocampistas, antes estrellas rutilantes en cada superproducción de Guardiola, han pasado a tener un papel secundario en la ‘no elaboración’ del juego azulgrana parece yermo, estéril, si no se tiene en cuenta lo principal: que Piqué, Alves, Busi, Xavi, Iniesta, Pedro o Messi no son los mismos con los que Pep iba a la guerra sabiendo que, sí o sí, le ganarían cualquier batalla.

Luis Enrique, con sus virtudes y sus defectos, tendrá que lidiar con los talibanes del estilo, y como él mismo dice, hacer su propio camino, aunque no podrá traicionar todo lo que este club ha construido desde que Cruyff se inventó el ‘Dream Team’.

Pero lo cierto es que, haga lo que haga para mantener al Barça en la elite del fútbol mundial, lo tendrá que hacer, de momento, con un puñado de ‘viejos marines’ con una hoja de servicios extensísima y más condecoraciones que John Rambo.

No hay que llevarse a engaño. Jugadores como Xavi, Iniesta, Alves o Pedro probablemente ya han jugado sus 20 mejores partidos con el Barcelona.

Piqué o Busquets, por edad, quizá todavía puedan recuperar su mejor nivel, y Messi es tan bueno que, sin ser el Messi extraterrestre de hace tres temporadas, es capaz de reiventarse cada día para mantenerse en la excelencia.

Ya lo dijo el malogrado Tito Vilanova cuando un día se refirió a la defensa azulgrana: «Sin Piqué, se nos cae el invento». Y al Barça hace tiempo que el invento se le ha caído porque a Gerard no está, aunque todavía se le espera, y Puyol se pasó el último año y medio lesionado antes de colgar las botas.

Porque antes, el mejor Barça de la historia jugaba a lo que jugaba Xavi. Y ahora Xavi tiene 34 años. Y Alves, un lateral que compensaba con creces sus pájaras defensivas con un despliegue físico en ataque que no tenía parangón en el fútbol mundial, ha dejado de compensar sus pifias y de llegar a la línea de fondo.

Y porque Iniesta ya no es «Iniesta de mi vida» y Pedro es una sombra de aquel jugador que aparecía de la nada y convertía todo lo que tocaba en gol. Y porque Valdés ya no está para poner el candado a la portería y porque, sin desmerecer el trabajo de Guardiola, Luis Enrique se ha encontrado con una plantilla inferior a aquella que hizo historia.

Y lo peor es que, si el TAS no lo remedia, el club va a quedarse un año sin poder fichar. Cuando probablemente necesite otro central -sí, uno que no llegue lesionado y que siga lesionado- e indudablemente un lateral derecho que supla el adiós de Alves, si es posible.

Y también un par de centrocampistas de toque que recuperen el sello Barça y pongan en aprietos a Iniesta y Busquets, mientras el club madura la opción de Samper.

Porque los debates sobre el sistema, el estilo, la esencia y la ‘filosofía Barça’ dan para mucho, pero en el campo, el fútbol es de los futbolistas. Ginés Muñoz

Barcelona, 6 nov (EFE).- Titular indiscutible desde que en la temporada 2008-09 se afianzó como uno de los centrales con más proyección de Europa, el azulgrana Gerard Piqué ha perdido galones con Luis Enrique Martínez en el banquillo, al jugar de inicio siete de los catorce partidos oficiales disputados hasta la fecha.

Después de la derrota del Barcelona en el Bernabéu (3-1), el jugador catalán encadenó anoche ante el Ajax de Amsterdam su segundo partido consecutivo sin jugar por decisión técnica, una circunstancia que no se había producido con Pep Guardiola, Tito Vilanova y Gerardo ‘Tata’ Martino.

Así, en este inicio de temporada el internacional español ha pasado de ser actor protagonista -«sin Piqué se nos caía el invento», dijo Tito Vilanova en 2011- a tener un papel de secundario con Luis Enrique Martínez.

Cierto es que, a diferencia de sus antecesores, el técnico asturiano apuesta por introducir rotaciones en el eje defensivo. Prueba de ello es que en lo que va de temporada ha utilizado cinco parejas de centrales distintas.

La preferida es la formada por el tándem Mascherano-Mathieu (6 titularidades), seguida por la pareja Bartra-Piqué (4) y Mathieu-Piqué (2), mientras que el argentino también ha jugado de inicio con el central barcelonés (1) y anoche se estrenó en el once coincidiendo con Bartra.

En total Piqué ha completado 700 minutos, muy cerca de los 745 que atesora Mascherano, quien además de central también ha ocupado la posición de pivote defensivo, mientras que Jérémy Mathieu, como zaguero y lateral zurdo, es el jugador más utilizado (936 minutos).

Hasta el clásico de hace diez días, el catalán era uno de los jugadores más utilizados en los esquemas defensivos de Luis Enrique. De hecho, ante el Real Madrid encadenó su cuarta titularidad consecutiva, entre Liga y Liga de Campeones.

Pero ante el eterno rival su progresión vivió un punto de inflexión. En el Bernabéu, seguramente no fue su peor partido, pero salió en la foto del penalti, por unas inoportunas manos, con el que el Real Madrid empató a uno al filo del descanso.

Desde el 25 de octubre, Gerard ha jugado tan solo 45 minutos en la Supercopa de Cataluña, en el que anotó el único gol de su equipo, y después se quedó en la grada contra el Celta y se sentó anoche en el banquillo del Amsterdam Arena.

Curiosamente su ausencia ha coincidido en un momento en el que también ha sido noticia fuera de los terrenos de juego, algo que no es nuevo para un jugador al que, a veces, parte del entorno azulgrana le ha juzgado más por su actividad extradeportiva que por su rendimiento en el campo.

En todo caso, Luis Enrique negó tras el partido en Ámsterdam que la suplencia del ‘tres’ azulgrana se deba a motivos disciplinarios: «No hay ningún castigo, ni nada que se lo parezca».

Sin embargo, el tono de sus declaraciones son algo distintas a las que pronunció a inicios de temporada, cuando consideraba al jugador catalán como uno «de los mejores centrales» de los últimos años.

Tras catorce partidos oficiales, ha quedado claro que Piqué -junto a Marc Bartra y el aun inédito Thomas Vermaelen el único central natural del equipo azulgrana- es para Luis Enrique un jugador más. Poco importa que sus competidores directos sean un pivote defensivo (Mascherano) y un lateral zurdo (Mathieu) y que la calidad en la salida del balón sea menos limpia.

A sus 27 años, el que para Guardiola y Vilanova era una pieza importantísima vive uno de los momentos más delicados desde que regresó al club de su vida.

Parece que para volver a recuperar el título de indiscutible Piqué deberá cumplir la promesa que hizo el pasado agosto: «Para jugar en el Barça tienes que ser el mejor o uno de los tres mejores del mundo. Creo que puedo volver a serlo y para ello trabajo». La duda es si aún está a tiempo de convencer a su técnico. Víctor Martí

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