Deportes

Pep Guardiola dice que no quiere hacer del Bayern un nuevo Barça

Roma, 25 oct (EFE).- El entrenador del Bayern de Múnich, Pep Guardiola, asegura que su objetivo no es hacer del equipo germano «un nuevo Barça», ya que tanto sus jugadores como el fútbol alemán son diferentes.

PUBLICIDAD

«Este club ha conquistado muchas cosas, por qué debería copiar a otro», aseguró el técnico español en una entrevista publicada hoy por el diario deportivo italiano «La Gazzeta dello Sport».

Guardiola mostró su satisfacción por los buenos resultados cosechados por el Bayern en lo que va de temporada, tanto en la Liga de Campeones como en la Bundesliga, donde encabeza grupo y clasificación respectivamente.

Recomendados

«Lo estamos haciendo bien, pero siempre se puede hacer más», dijo el entrenador catalán, cuyo objetivo es «mantener el nivel del año pasado».

Para ello, Guardiola se ha adaptado a la forma de juego tanto del Bayern como del fútbol alemán: «Soy un pequeño hombre frente a la historia del Bayern (…) La mentalidad es distinta, el estilo, el ambiente, la cultura, los propios jugadores», afirmó.

Sin embargo, confesó que, en cualquier caso, «aquí también debes ganar o si no te echan» y para ello su secreto es mantener el equipo unido «como una familia».

Además añadió que «este grupo juega de manera diferente al precedente (el Barça) porque los intérpretes son diferentes».

No obstante, el técnico catalán guarda la filosofía que le llevó al éxito en el Fútbol Club Barcelona y declara: «Debemos dar espectáculo, agradar a la gente. La clave no es ganar siempre sino el cómo ganas».

Con respecto al que en otros tiempos fue su máximo rival, el Real Madrid, Guardiola manifestó que no puede «juzgar en profundidad» pero «Carlo (Ancelotti) es uno de los mejores del mundo y está haciendo un buen trabajo».

El técnico español también animó al Juventus de Antonio Conte, que pasa por un momento delicado en la Liga de Campeones, y aseguró que «los ‘bianconeri’ son fuertes (…) El recuento se puede iniciar en febrero, la jerarquía no ha cambiado, incluidos los italianos».

Guardiola también quiso zanjar la polémica surgida hace cinco días a raíz del partido de Bundesliga contra el Maguncia en el que el técnico no permitió al centrocampista Robben lanzar un penalti.

«El sábado contra el Maguncia decidí que debía tirar Müller, la otra noche contra el Viktoria Pilsen prefería que tirara él (Robben), pero le dejó el balón a Ribery. Quizás no estaba convencido. Me gusta dar libertad a mis jugadores, no soy un dictador en el banquillo», aclaró.

Berlín, 25 oct (EFE).- Las cosas en el Bayern marcharían de momento a la perfección si no fuera por la historia de los penaltis. Es, claro está, un problema de lujo, sobre todo porque los lanzamientos en los que ha habido discusión han terminado en gol, pero para muchos el tema tiene una carga explosiva peligrosa.

Los protagonistas son Pep Guardiola y Arjen Robben, y los personajes secundarios de la trama, de momento, son Thomas Müller y Franck Ribery.

Los episodios recientes tuvieron lugar en la última jornada de la Bundesliga -en la victoria del sábado por 4-1 ante el Maguncia 05- y y el miércoles en la goleada por 5-0 en la Liga de Campeones contra el Viktoria Pilsen.

En el primer partido, Robben quiso cobrar un penalti cuando el marcador ya estaba 3-1 y Guardiola lo impidió ordenando a gritos desde la línea que quien tenía que lanzar era Müller, ante el evidente cabreo de Robben.

«Soy el entrenador y quería que hoy lanzara Müller», se justificó Guardiola después del partido.

En el segundo de los partidos, tras producirse un penalti por una falta contra Robben dentro del área, Guardiola empezó a gritar desde la raya el nombre del holandés para que lanzase, pero este se negó, pese a la insistencia de Ribery y del brasileño Rafinha, y terminó entregándole la pelota al francés para que se encargase del cobro.

«Arjen estaba molesto por lo del sábado pero no es grave, está haciendo mucho por el equipo», dijo Ribery después del partido.

En su edición de hoy, el diario «Bild» asegura que Robben además estaba cabreado porque Guardiola lo había reconvenido delante de todo el equipo por el gesto de tomar el balón para lanzar el penalti ante el Maguncia.

La historia, sin embargo, empezó mucho antes de que Guardiola llegara al Bayern, en unos meses negros en los que Robben falló dos penaltis definitivos, uno ante el Borussia Dortmund en la Bundesliga y otro, el más grave, en la prórroga de la final de la Liga de Campeones de 2012 ante el Chelsea.

Con el primer fallo, el Bayern tuvo que dar por perdida la Bundesliga en esa temporada, a manos del Dortmund; con el segundo la final de la Liga de Campeones terminó decidiéndose en la lotería de los penaltis, que ganó el Chelsea.

Robben entró en una fase de desgracia y de divorcio de la afición, a la que le costó volverse a ganar, lo que terminó consiguiendo a más tardar en la última final de la Liga de Campeones, en la que marcó el 2-1 ante el Dortmund que le dio al Bayern el máximo título europeo de clubes.

Sin embargo, desde su fallo ante el Chelsea, Robben no ha vuelto a lanzar un penalti con el Bayern. La primera vez que cogió el balón y se mostró dispuesto a lanzar fue en el partido contra el Maguncia, en el que había tenido un buen desempeño.

El partido ya estaba resuelto y marcando el 4-1 de penalti Robben tal vez hubiera dado por cerrado un capítulo desagradable. Pero entonces apareció Guardiola en un gesto de autoridad que muchos han considerado como absolutamente innecesario.

Las cosas hubieran podido repararse el miércoles, pero Robben no quiso lanzar pese a los gritos de «Arjen, Arjen» desde el banquillo y a la insistencia de Ribery y Rafinha.

Tal vez la decisión de no lanzar venga del penalti fallado ante el Dortmund en 2012, que se había generado también por una falta contra Robben.

Cuando el holandés falló, Franz Beckenbauer, que estaba de co-comentador en la transmisión de televisión, recordó una de sus viejas obsesiones según la cual el jugador al que se le hace la falta nunca debe tirar un penalti.

Beckenbauer lo dijo y durante semanas todo el mundo lo repitió y la frase terminó formando parte de la banda sonora de los meses de sufrimiento de Robben.

De momento, el primer lanzador de penaltis en el Bayern es Müller y el segundo es David Alaba. Ribery no quiso decir en qué posición está él en la jerarquía. Sólo lanzó porque Robben le dio el balón. Alaba no quiso quitárselo.

Guardiola, mientras tanto, tuvo que ver desde el banquillo cómo el holandés no aceptaba asumir el cobro.

El capitán, Philipp Lahm, dice que no hay que empezar con las interpretaciones. Pero entre los comentaristas hay quienes creen que se está empezando a abrir una grieta entre el entrenador y uno de sus jugadores más importantes. Rodrigo Zuleta

Tags

Lo Último

Lo que debe saber