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Fiesta y goles en El Campín

Fútbol. El partido terminó igualado 6-6 y Messi le cumplió a Bogotá en el juego de exhibición

La fiesta estaba montada para que el mejor jugador del mundo pisara la grama de El Campín, que volvió a tener a las familias en sus gradas. Todas las edades volvieron al escenario capitalino con el objetivo de ver en vivo y en directo a las estrellas que con sus goles son titulares todos los fines de semana en las ligas del mundo.

Messi estaba más cerca de lo que se podían imaginar y lo que hiciera o no en la cancha al final era lo que menos importaba. Los niños, con bufandas y camisetas del Barcelona con el número 10 del jugador, coreaban a todo pulmón el nombre de un ídolo que los hizo sentir el fútbol y que de ahora en adelante tendrán la historia para contar de que vieron a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos de ese deporte que mueve masas.

La salida al campo de los jugadores fue como lo ameritaban, y los juegos pirotécnicos invadieron el estadio, que tenía ambiente de fiesta y rumba como hace rato no sucedía. Difícilmente ni en el mejor partido que se pueda jugar, se podrían reunir tantas estrellas en Bogotá.

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El partido comenzó con la tranquilidad y camaradería propias de un partido amistoso, e incluso el árbitro era un espectador más que corría detrás de todos, más por cumplir un compromiso que por impartir justicia. En todo el juego pitó tres faltas y ninguno de los jugadores vió la tarjeta amarilla, lo que se convirtió en un ejemplo del juego limpio.

La cuenta en el marcador la abrió muy rápido la figura colombiana Falcao García, que de paso hizó el mejor gol de un partido que estuvo lleno de anotaciones, jugadas vistosas y la mejor actitud.

Robinho fue otro de los que se robaron el show con las típicas jugadas de crack brasileño, que terminaban en ovaciones desde las tribunas.

Messi, por su parte, siempre pensó en asistir a sus compañeros y darles la oportunidad de que fueran los que hicieran los goles. Sin embargo no se quedó sin anotar y demostró de qué está hecho, así los palos le ahogaran la celebración en un par de oportunidades.

Al final el marcador fue un 6-6 y la lógica era que un partido amistoso nunca va a ser de alto rendimiento, y por eso todos se conformaron con un juego a veces aburrido.
 

Thomas Beltrán

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