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Ahora o nunca para los ‘Big Three’

Columna Gabriel Murillo/ editor noticias @gaboyoyo11

El derecho a piso está pagado y el momento es único. Llegó la hora de transformar la considerable inversión que hicieron los Miami Heat hace dos años, en el máximo resultado. Esa inversión tiene la forma de tres superfiguras del básquet mundial, los archiconocidos ‘Big Three’:  el alero LeBron James (uno de los deportistas mejor pagos del mundo, según la revista Forbes), el escolta Dwyane Wade y el ala-pívot Chris Bosh, que tienen hoy, en el American Airlines Arena, la oportunidad de pasar a la historia. La ocasión: encaran el quinto duelo de las finales de la NBA ante los Oklahoma City Thunder, en una serie al mejor de siete juegos, que lideran los de Miami 3-1.

Erik Spoelstra, técnico del Heat, quiere acallar las críticas y, en vez, disfruta el momento de su equipo. Sin embargo también pone los pies sobre tierra firme y pronostica que el juego de hoy será el más duro del año: “La tarea aún no está concluida. Estamos emocionados por tener la oportunidad de ganar (el título), pero a la vez debemos mantenernos concentrados en lo nuestro”, dijo.

El técnico de los Thunder, Scott Brooks, augura que pelearán hasta el final y cuenta con el respaldo de uno de los tres mejores equipos de la liga, con 47 victorias en la temporada regular: “Les puedo garantizar que pelearemos hasta el final. Siempre jugamos cada partido como si fuera el más importante. Ahora tenemos un gran reto en frente, y nos gustan los retos”, dijo tras la derrota en el cuarto encuentro.

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El otro mano a mano en la cancha será el de LeBron James y Kevin Durant, dos de los tres máximos anotadores de esta temporada, con promedios de 30,5 y 28,3 puntos por partido, respectivamente.

LeBron llega a esta final con dolencias en la pierna izquierda, pero con la sed de revancha por haber disputado dos finales sin conseguir un título (con los Cleveland Cavaliers en la temporada 2006-07 y con los Miami Heat el año pasado).

En el otro frente, Durant, esa máquina de anotar puntos en cualquier lugar, espera hacer historia y transformar su valía en títulos para su franquicia de Oklahoma, que es relativamente novata en la liga (entró en reemplazo de los Seattle Super Sonics en 2008, después de un largo lío legal). Si los Thunder logran descontar en la serie, llevan los dos últimos juegos de la final al Chesapeake Energy Arena, donde sus hinchas prometen hacer del coliseo una verdadera caldera.

Hoy se puede terminar la serie de una temporada atípica, que amenazó con no iniciarse debido a las demandas salariales del sindicato de jugadores. Cabe anotar que ese sindicato lo lideró el mismo Derek Fisher, hoy cuota de experiencia en medio del ‘jardín’ de los Thunder.

El plato está servido y la sangre nueva en esta comprimida liga significó la renovación de las figuras y la resurrección de la pasión por el básquet en Colombia, sentimiento prácticamente huérfano desde la partida de otro tridente famoso: Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman. ¿Se acuerdan?

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