Alejandro Galindo llegó a Colombia con la única intención de jugar al fútbol, que es su pasión.
Independiente Santa Fe le abrió las puertas y desde que apenas era un niño lo acogió y lo llevó de la mano hasta convertirlo en profesional.
Galindo nació en Guatemala, pero por cuestiones familiares recaló en Colombia. Hoy tiene 20 años y su talento lo llevó a ser convocado a la Selección de su país. Espera una oportunidad en la titular de Santa Fe, pero también sabe que los jugadores del equipo capitalino son experimentados y, por eso, prefiere ir paso a paso.
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Mi mamá me trajo a los diez años desde Guatemala y a los 12 me presenté a Santa Fe, donde hice todas mis divisiones menores. A los 18 años me llevaron a jugar en la segunda división y el año pasado me ascendieron al equipo profesional.
El profesor Wilson Gutiérrez fue técnico mío en el equipo Girardot y cuando lo ascendieron a la profesional me llamó. El presidente del equipo también iba a vernos en la segunda división y se interesó en mí.
Me considero un jugador con muy buena técnica y acá me utilizan como volante mixto porque así mismo como recupero, así mismo me gusta jugar y darle mucho manejo al balón.
El equipo al principio estaba desunido, disperso. Jugadores por un lado y por el otro y cada quien quería hacer cualquier cosa. Después el grupo empezó a unirse y se trabajó mejor y se empezaron a dar las cosas.
Cuando me enteré que Guatemala clasificó al Mundial envié unos videos a la Federación expresándoles mis deseos de querer jugar, pero tal ves no llegaron a su destino y por eso no pude estar.
La verdad es un orgullo y me siento muy feliz. En el grupo todos están contentos y la idea es hacer las cosas de la mejor manera y aportar.
Yo he venido trabajando bien pero en el club hay jugadores muy reconocidos y yo soy el más chico. A pesar de eso, entre todos me apoyan mucho. Soy consciente de que hay jugadores como Gerardo Bedoya o Daniel Torres que tienen una tradición. Sin embargo, he aprendido mucho de ellos y estoy esperando mi oportunidad.