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El segundo “All Star” en Orlando tendrá que competir con los Oscars

Orlando (EE.UU.), 26 feb (EFE).- Todo está ya listo en Orlando (Florida) para la gran noche del baloncesto estadounidense: el Partido de las Estrellas, un cita que veinte años después vuelve a esta ciudad para tomarla y tratar de competir hoy con los Oscars.

«¿Quién puede pensar en los Oscars esta noche, teniendo a Dwyane Wade, LeBron James y Dwight Howard contra Kobe Bryant, Kevin Durant o Andrew Bynum?», resumía hoy un neoyorquino en el hotel Marriot de Orlando, tomado -como tantos otros de la ciudad- por cientos de asistentes al Fin de Semana de las Estrellas.

Se calcula que a Orlando han llegado 60.000 personas para disfrutar del Fin de Semana de las Estrellas, todas las 25.000 plazas hoteleras están vendidas y que se dejaran unos ingresos económicos de 100 millones de dólares.

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Hoteles completos, carteles de «sold out», atascos, indumentaria deportiva, minibuses privados, calles cortadas, controles policiales, famosos, accesos VIP y muchas colas: El «All Star» ha invadido esta inverosímil ciudad de Florida, plagada de grandes resorts y parques temáticos.

«Esta es la gran noche. Es la que los aficionados esperan: Un partido del ‘All Star’ siempre es mágico y no me cabe duda de que este año también lo será», aseguraba uno de los cientos de voluntarios que colaboran en este evento de masas, para el que todas las entradas están vendidas, incluidos paquetes que superan los 8.000 dólares.

También será una noche especial para el pívot español Marc Gasol, que debutará en el Partido de las Estrellas, tomando así el relevo de su hermano, que no participará en una cita en la que ya ha estado en tres ocasiones consecutivas.

«Pau me ha dicho que me relaje y que disfrute de cada momento», explicaba un tímido Marc que promete «salir a ganar» de la mano de un equipo con que cuenta con Chris Paul, Kobe Bryant, Kevin Durant, Blake Griffin y Andrew Bynum como titulares.

Frente a ellos estarán estrellas de la Confederación Oeste como Derrick Rose, Dwyane Wade, LeBron James, Carmelo Anthony y Dwight Howard.

El partido comenzará a las 19.30 hora local (00.30 GMT), casi al mismo tiempo que la 84 edición de los Oscars en la otra costa de EEUU, algo que no parece importar a los miles de aficionados al baloncesto que esperan ver hoy en directo a las grandes estrellas de la NBA, así como a Pitbull, Ne-Yo y Nayer, que se encargarán de amenizar el medio tiempo.

Es difícil no hacer comparaciones con la edición del Partido de las Estrellas que tuvo lugar en esta misma ciudad hace veinte años, una de las más emotivas de la historia.

Tres meses después de anunciar su retirada por ser portador del por entonces poco conocido virus del sida, Magic Johnson participó a petición popular en su duodécima edición del «All Star».

«Fue un momento impresionante, también para mí», recuerda dos décadas después Johnson. «Tuvo un gran impacto en todo el mundo. Hubo jugadores que ni siquiera estaban seguros de si podían jugar contra mí. No se sabía mucho del VIH. Todo aquello dio una gran lección al mundo y fue una estupenda terapia para mí».

En una conferencia de prensa, Johnson explicaba esta semana todo lo que supuso aquel partido histórico, en el que fue el jugador más valioso y metió 25 puntos, entre ellos el último triple ganador del encuentro.

Con un listón tan alto no es de extrañar que los organizadores de esta edición estén algo nerviosos con el espectáculo que se pueda ofrecer esta noche en el Amway Center, de Orlando.

«Ya no es lo mismo. El ‘All Star’ ya no es lo que era, no tiene esa magia, esa creatividad, pero sigue moviendo masas y eso es lo que importa», reconocía otro de voluntario, encargado de coordinar el dispositivo de autobuses gratuitos desplegado por la ciudad para facilitar los traslados.

A ello se suma que hasta el momento no se ha ofrecido demasiado espectáculo en lo que va del Fin de Semana de las Estrellas: el partido del viernes de las Estrellas Emergentes -en el que debutó el base español Ricky Rubio- quedó un poco deslucido, ya que Jeremy Lin, que llegó como el nuevo fenómeno de la NBA, no ofreció su mejor juego.

Además, Lin, de origen taiwanés y de 23 años, falló en el concurso de tiros desde detrás de la canasta, superado por Rubio, que estableció nueva marca mundial con 18 aciertos, incluidos 16 consecutivos, por sólo ocho del base de los Knicks.

El sábado, los populares concursos de triples, mates y habilidades tampoco fueron precisamente lo más espectacular que se haya visto en un «All Star».

El alero Jeremy Evans, de los Jazz, se proclamó campeón del concurso de mates con uno de dos balones a la vez, que recibió de Hayward Gordon, sentado en una silla alta de espaldas a la canasta. El resto de participantes dieron todo un recital de fallos y falta de creatividad.

Ni la salida de Rubio para ayudar al también novato Derrick Williams hizo posible que su compañero evitase uno de los mayores ridículos de la historia del concurso: necesitó diez intentos para hacer un mate.

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