El libro ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos exhaustos’ adentra al lector en el sector estatal, a través de situaciones cotidianas y reales experimentadas por Patricia Martínez Coral, autora del libro. Habla la autora del título: ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos exhaustos’.
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La obra resulta interesante no solo para los seguidores de la política, también es atractiva para todas las personas que se pregunten ¿Cómo se puede mejorar la realidad del país?
En el marco de las protestas, manifestaciones y aquellas acciones que muestran el sentir y pensar de un pueblo, ‘Donde Nada es lo que Parece’ hace una reflexión sobre la importancia de entender las necesidades del otro y cómo a través de la empatía, el respeto, la eficiencia y un mejor relacionamiento entre los servidores públicos y los ciudadanos, se pueden generar cambios positivos para Colombia. Esto dijo la autora PUBLIMETRO.
¿Cómo comenzó a concebir y a escribir esta publicación ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos exhaustos’?
En 2020 falleció mi padre, lo que ha sido sumamente devastador para mí. En medio de los innumerables cuestionamientos que me he formulado en relación con algunas decisiones que repercutieron, de manera significativa, en nuestra vida familiar, está la elección de mi carrera y la entrega al servicio público. Fue así como surgió el libro, un balance de las frustraciones y anhelos de los 15 años de trayectoria profesional en el Estado, pero que lejos de resumir mis vivencias, expresa las que son comunes a la mayoría de funcionarios y contratistas oficiales en Colombia.
Habla la autora del título: ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos
En medio del marco de las manifestaciones a nivel nacional ¿Dónde creé que nace el inconformismo generalizado de la ciudadanía hacia las instituciones tanto públicas como privadas del país?
Las manifestaciones recientes pueden interpretarse como la insatisfacción que la ciudadanía ha acumulado por años, entendiendo que problemas tan agudos como la inequidad socioeconómica, las pocas oportunidades para acceder al empleo formal, y la ineficiencia del Estado han deteriorado profundamente la legitimidad de las instituciones. Por otra parte, la pandemia exacerbó estas dificultades, a lo que se suma el oportunismo de algunos políticos inescrupulosos que han aprovechado la coyuntura pre-electoral para orquestar golpes de opinión. Sin embargo, también debe reconocerse que el Paro es una muestra inequívoca de la precaria cultura política que caracteriza a la sociedad colombiana. Las vías de hecho se han arraigado en el comportamiento ciudadano, convirtiéndose en el más contraproducente de los hábitos.
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¿Qué carga llevan entonces los servidores públicos exhaustos el cambio debe partir de ellos o del sistema?
El cambio que se requiere en Colombia para avanzar en la construcción de un país más equitativo, democrático y próspero es, sin duda, una responsabilidad compartida. La ciudadanía, los actores del sistema político, los funcionarios públicos, y el sector privado; todos tienen un rol que desempeñar. Lo esencial es comprender que si el sector público no consigue fortalecerse el Estado continuará siendo incapaz de cumplir sus obligaciones.
Habla la autora del título: ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos
¿Hay un futuro más accesible, empático y equitativo para los ciudadanos y su relación con las instituciones del país?
La pérdida de la confianza ciudadana en las instituciones públicas tiene razones legítimas. No obstante, muchas personas ignoran las condiciones en las que funcionan internamente las entidades públicas, por lo cual no cuentan con un dimensionamiento real de los problemas que enfrenta el Estado. A su vez, tienden a proyectar su insatisfacción en los servidores públicos, pasando por alto que con frecuencia, los obstáculos que ellos padecen están más allá de su control. Por ende, es preciso replantear la forma en que la ciudadanía se relaciona con las entidades públicas, y analizar a fondo el origen de las expectativas sociales que motivan los reclamos, y su proporción con las capacidades de las que efectivamente dispone. Un futuro más justo, equitativo y prometedor es posible pero no se logra sin transformaciones sustanciales, y menos de la noche a la mañana.
En Colombia tenemos la expectativa de tomar siempre de ejemplo la cultura gubernamental de otros países frente a la nuestra. ¿Debemos copiar otros modelos en teoría exitosos internacionalmente o crear uno propio para nuestra gobernanza nacional?
Extrapolar modelos de otros países, con mercados, culturas, sociedades y tradiciones políticas totalmente ajenas a las nuestras, ha sido un error que persiste en Colombia. Infortunadamente, muchas personas creen que esas adecuaciones se dan en el vacío, y que replicar ciertas pautas de países desarrollados es sinónimo de vanguardia, y garantía de éxito. Por el contrario, todos esos esfuerzos terminan siendo infructuosos. Con la heterogeneidad que existe al interior del país, en términos de (sub) desarrollo ya es suficiente como para embarcarse en la búsqueda de similitudes más remotas.
Habla la autora del título: ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos
¿Qué consejo le daría a la población de jóvenes que ha salido a manifestarse buscando cambios profundos en las instituciones públicas y privadas?
La sugerencia es muy simple. Los cambios que se requiere en el país no gestan desde el deseo, y la vehemencia, sino desde la formulación de propuestas que encuentren asidero en la realidad. No se trata de renunciar a las aspiraciones sino de comprender que las metas y, los procesos que deben surtirse para alcanzarlas, demandan una serie de esfuerzos, capacidades y recursos que no necesariamente pueden darse como algo dado. Ahora bien, un Estado inestable, debilitado y combatido no puede gozar de las condiciones que, paradójicamente, se le exige tener para que atienda las necesidades de todos con la celeridad y alcance esperados.
Habla la autora del título: ‘¡Donde nada es lo que parece!: un libro para ciudadanos inconformes y servidores públicos
¿Cómo esta publicación nos ofrece luces hacia un liderazgo institucional que tanta falta le hace al país?
Entre las diversas reflexiones que plantea el libro, acerca de las dificultades que caracterizan a la gestión pública, se encuentra la necesidad de restituir la dignidad del servicio público, lo cual pasa por superar el personalismo con que se dirige la Administración Pública. El más corrosivo de los vicios que socava la legitimidad estatal es el abuso de poder. El liderazgo que precisan las entidades estatales es aquel que se fundamenta en la vocación de servicio, la legalidad y la institucionalidad.