Hannah, su personaje, se siente muy colombiana, muy parecida a usted. ¿Qué tan cierto es esto?
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El desparpajo caleño está muy metido en mi personaje. De hecho, en cierto punto de las grabaciones me tocó ponerle un poco de freno porque ya era extremo. En realidad, Hannah es uno de esos personajes que tiene mucho de mí. Obviamente el contexto es ficcionado, y con eso me refiero a su vida personal y profesional, pero es el personaje con el que me han dejado jugar más y al que más me he acercado, en cuanto a poderle dar mucho de mi personalidad.
¿Cómo le va y cómo se siente haciendo comedia?
Yo me siento muy cómoda, es mi género favorito. Quiero confesar algo y espero que no suene grosero, pero estoy cansada de hacer dramas, creo que ya he pasado por todos. Una de las experiencias más reconfortantes de encontrarme con esta serie ha sido precisamente la comedia, porque me ha permitido el juego, algo que no sucede con el drama porque en ese sentido tiene más rigurosidad y cierto peso. Además, en el drama arrastras más con la vida de los personajes, mientras que la comedia te pone en un estado más ligero. Aunque eso sí, es una total mentira asegurar que hacer comedia es muy fácil, y es que cuando se trabaja con ella siempre se camina por un hilo muy delgado entre ser gracioso o ser solo una caricatura.
«Yo me siento como un pez en el agua trabajando con la comedia, así que ‘De brutas, nada’ era el proyecto perfecto para mí».
Carolina Ramírez
¿Quién es Hannah y cómo se transformará en estos nuevos capítulos?
Cuando arranca la serie Hannah es una mujer que en teoría tiene todo muy claro. Es una mujer empoderada, independiente y con una situación financiera que no es compleja. En conclusión: ella no vive el drama en ningún aspecto de su vida.
Sin embargo, en esta segunda temporada vamos a ver que el amor llega para complicarle su tranquila existencia. Hasta el final de la primera temporada, Hannah tiene su vida tan resuelta, que ha decidido que el amor no es para ella. Y aunque es una persona muy amorosa, hablando de sus amigos y de su familia, lo cierto es que no cree en el amor de pareja. Pero, tal y como sucede en la vida real, el amor le golpea a la puerta y con el personaje que menos se espera, es decir, con Miguel.
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Lo bueno de esto es que vamos a conocer a la Hannah que tiene que resolver problemas y que se estrella contra una gran cantidad de obstáculos que ella creía, dominaba a la perfección.
¿Qué personaje de la producción sería amigo de Carolina Ramírez?
Definitivamente, ‘Ro’ sería mi parcero. De seguro lo adoraría, pero al mismo tiempo le pegaría una que otra patada voladora cuando hiciera esas pataletas de niño chiquito que no le quedan nada bien.
¿Cómo vive la amistad lejos de las cámaras, las redes y la farándula?
Yo tengo grandes amigos, pero en los últimos años me he unido más a mis amigas. Creo que después de los 30 la feminidad sale más a flote y uno empieza a reunirse más con las chicas, que con los grupos mixtos. Además, en esta época ya muchos amigos tienen pareja, y aunque algunas son lindas, una que otra novia no es tan querida y por eso toca tomar distancia.
Además, es necesario hablar de Pilar, mi mejor amiga. La conozco desde que tengo nueve años y es mi hermana del alma porque tenemos muchas cosas en común, me conoce mejor que nadie y disfrutamos pasar tiempo juntas sin conversar de nada. Y hablando de ella quiero decir que los amigos son esas personas que te conocen de verdad, saben cuáles son tus límites, tus metas y tus virtudes.
Más allá de ser el título de esta serie, ¿cómo definiría la expresión «De brutas, nada»?
Es una frase que refleja esa necesidad de las mujeres de reafirmar nuestra independencia y nuestra feminidad, pareciéndonos lo menos posible a eso que el mundo y la sociedad siempre han catalogado como «la vida perfecta de una chica». La mujer no habla duro, no se despeina, no habla de sexo y tiene que ser de determinada manera. Todo eso se rompe con la frase: «De brutas, nada».