Sandy, Didy y Juan son tres jóvenes de diferentes etnias con la misión de liberar al Chocó de la violencia de sus gobernantes. A pesar de tenerlo todo en materia de biodiversidad, la guerra es la única constante. El libro, con tintes costumbristas y poesía, habla de cómo la paz no debería ser una utopía.
PUBLICIDAD
Tierra prometida es una historia similar a la de la Biblia, pero ocurre en Colombia, ¿cómo visualizó nuestro país desde ese relato?
En Colombia, como en el Antiguo Testamento, la tierra es el motor de la Historia. En Colombia vivimos una prolongada guerra civil en donde el amor y la razón no se encuentran por ningún lado y se impone el más fuerte, el que logra dominar los territorios sin importar quienes lo habitaban, ni el uso que le daban. Al igual que la Biblia, la novela Tierra prometida brinda una esperanza para un pueblo que no ve salida a este conflicto histórico que vivimos.
El conflicto entre religiones y etnias es tan viejo como la historia misma, ¿cuál diría que es el diferencial de este libro con lo que hemos escuchado una y otra vez en otras historias?
Siempre se piensa que estos conflictos son cosas de adultos poderosos, lo que hace diferente a la novela Tierra prometida es ver como los niños, jóvenes, mujeres y el medio ambiente son los más afectados y los que sufren las peores consecuencias de estos conflictos; de ahí que son ellos los que directamente abordan el conflicto e idean la manera de solucionarlo. Si la voz de los niños, jóvenes y mujeres fuera más escuchada de seguro viviríamos en un mundo mejor.
«Si la voz de los niños, jóvenes y mujeres fuera más escuchada de seguro viviríamos en un mundo mejor».
-Hedrix Gutiérrez
Por la forma en que está construido este texto, ¿podríamos decir que se inspiró en la literatura clásica griega?
No se puede negar el influjo que Homero, Sófocles, Virgilio y Dante, han tenido en la tradición grecolatina y en general en occidente. Desde el colegio tuve la oportunidad de leerlos y al igual que Alejandro Magno; La Ilíada es de mis libros favoritos.
PUBLICIDAD
Las mujeres tienen un lugar especial en este libro, ¿las pensó casi como hilos conductores dentro de la historia?
Las mujeres son el complemento del hombre y por eso juegan un papel destacado tanto o más que los hombres. El hilo conductor de la obra es, sin duda, Sandy. Su amor maternal sale a flote en momentos cruciales de la historia, como cuando busca a Didy, cuando los iban a fusilar o como cuando sale en busca de su hijo y se encuentran todos en Panamá. Hay un pasaje que me gustaría leerles:
“Tres pueblos apegados cada uno a su fe, tres pueblos llenos de mística y supersticiones se conmovieron ante el milagro que a sus ojos llegaba, rompieron el orden y se abalanzaron sobre los reos. Un pueblo indolente despertó del letargo por tanto sufrimiento y la atomizada capacidad de respuesta brotó como la hierba fresca en invierno. Cuando más cerca se estaba de la muerte, apareció de pronto la vida”. Tierra Prometida, 2021;46.
Dentro de las muchas reflexiones que ofrece La Tierra prometida, ¿cuál le gustaría que fuera la más duradera para los lectores?
La posibilidad de lograr los sueños. Y la de que el mundo no vivirá en una guerra eterna; llegará el momento en donde nos detengamos, reflexionemos y paremos al darnos cuenta que todos podemos vivir en paz.
Perfil de Hedrix Gutiérrez Ibargüen
Este escritor nació en Quibdó, y desde joven se caracterizó por ser un líder en su comunidad. Fue líder estudiantil, y hoy en día es considerado un líder social. Es licenciado en Español y Literatura de la Universidad Tecnológica del Chocó, y actual aspirante a doctorado en Estudios Sociales de la Universidad Externado, además de otros títulos de diferentes universidades internacionales.
Tierra prometida fue escrito en 2008, pero en 2020 presentó su segunda edición. En 2014 también presentó su segunda novela, Él, que también ya tuvo una segunda reedición.