¿De dónde surge la idea de hacer un stand-up para hablar de estas experiencias con volcanes?
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Fue una experiencia tan reveladora y tan fantástica, quizás una de las más grandes que hecho desde mi punto de vista, y la comunicación es mi esencia, entonces yo quería poder transmitirle a la gente algo de todo lo que descubrí y sentí en estos lugares tan remotos del planeta. Por un lado, porque me reconecté mucho con algo que siempre he tenido, que es el amor y el respeto por el medio ambiente, y pararse al frente de una fuerza de la naturaleza tan indescriptible es algo que, si uno no tiene ese respeto, se lo infunde, y si lo tiene, lo acrecienta. Entonces quería transmitir eso, pero también transmitirles que los sueños son posibles y que inclusive desde los lugares más dificultosos de la vida pueden salir las mejores experiencias entonces me limito a la experiencia del volcán sino que me remonto a mi infancia y a mi educación para que sea un stand-up, si lo quieren llamar así, donde la gente se ría mucho, pero donde además quede un espacio para la reflexión, el sentimiento y para pensar en el planeta.
¿Cuál fue el pensamiento más recurrente que tuvo al estar frente a ellos?
Definitivamente me asombró el gran sentimiento de agradecimiento por poder estar ahí, y el segundo de respeto inmenso por la naturaleza. Uno se siente ínfimo, diminuto, todo el tiempo decía ‘somos todo, pero no somos nada, y se nos olvida’. Eso lo pensaba todo el tiempo.
El nombre de esta obra era ‘A las puertas del infierno’, y ya que en la obra usted hace cierta crítica de lo que ocurre en el país, ¿podríamos decir que el título también tiene que ver con esto?
Esta versión de esta temporada tiene otro nombre porque yo nunca me sentí en el infierno cuando estuve en los volcanes, entonces pasó a llamarse Pirry y el volcán: un tratado científico sobre el culillo. Pero, en medio de la risa lo que trato de mostrarle a la gente es que más que el país, el tema es el planeta. Mientras estamos peleando por cosas ínfimas si las comparas con el planeta en general, como nuestra raza, nuestra política, nuestra sociedad religiosa, etc. no nos estamos dando cuenta que nuestra casa se está quemando con el calentamiento global, este paraíso se nos está volviendo un infierno. Quiero mostrarle eso a la gente, pero dejarle una semilla de que estamos apenas a tiempo de tomar decisiones porque al fin y al cabo el planeta sobrevive sin nosotros, pero nosotros no sobrevivimos sin el planeta.
En los últimos años vemos que algunos líderes de opinión no están precisamente en los medios tradicionales sino que se han abierto campo en espacios como el teatro, ¿cómo ha funcionado este medio como escenario para compartir sus ideas?
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Yo hice mi primera experiencia en teatro hace tres años y me encantó, me pareció un desafío, la verdad es que siempre que salgo al escenario siento culillo, como yo mismo digo, pero eso lo hace más interesante. Cuando uno logra conectarse con la gente es una experiencia difícil de describir. No es como hacer un programa o cuando publicas en redes, la gente en el teatro te está viendo a los ojos y casi puedes sentir su energía. A mí me gusta mucho por eso, porque logro un nivel de acercamiento que nunca he tenido en las otras partes. Cuando a mí me cerraron las puertas en televisión yo simplemente seguí haciendo las cosas que normalmente hacía, como publicar en redes y seguir viajando y conociendo el mundo. Inclusive llegué a pensar que poco a poco me iría desvaneciendo, como la gente que deja de estar en pantalla porque la fama desaparece. Sin embargo pues, creo que algunas personas me han seguido y me siguen parando bolas, y me parece súper halagador que sigan siendo tantos. Llevo fuera de la pantalla hace más de tres años y sin embargo hay gente que todavía está ahí. No me considero una autoridad, pero considero que puedo decir algo con sentido y si como persona que ha podido viajar mucho puedo aportar algo pues sigo ahí vigente y bueno, el teatro es una manera de expresión y de compartir ese mensaje. Lo que más me gusta es que sea un desafío.
En el stand-up vemos tres historias de su vida sobre las cuales gira la historia, ¿cómo las eligió?
Yo les muestro unas imágenes espectaculares, pero yo mismo me pregunto por qué carajos se mete uno a un volcán, entonces para explicarle a la gente empiezo por mi amor a la aventura en la infancia, burlándome de mí mismo, pero también haciéndole ver a la gente todos los huecos que tenemos todavía en nuestra educación, nuestra educación vocacional. Aunque hay cosas que han cambiado no estamos educados para vivir nuestros sueños sino para hacer lo que nos digan, y mucha gente se frustra por esas cosas, quería que la gente se riera y cayera en cuenta de eso. También está el tema de los inicios en televisión y de cómo aunque estaba en desventaja porque nunca estudié nada relacionado, si uno le mete ganas es muy probable que logre llegar mucho más lejos de lo que uno se imagina. Ya superado eso, que es muy anecdótico sobre lo bueno y lo malo del periodista, el último capítulo sobre los volcanes habla de cómo realicé un sueño cuando pensé que todo se cerraba y cómo mientras uno tenga fe en uno mismo las cosas pueden suceder cuando menos se lo espera. Uno es joven mientras se sienta joven, y es capaz de llegar a cualquier parte con tal de que se sienta así.
¿Por qué el humor es un gran mecanismo para hablar de temas difíciles?
Yo creo que es porque básicamente el humor rompe el hielo, el humor y la sonrisa hacen que esas barreras entre la gente se derrumben y se pueda hablar inclusive de lo que es más difícil hablar, como la política y la religión, donde la gente siempre está a la defensiva. El humor crea puentes de comunicación. De los maestros que tuve, los buenos y los malos, los que tenían humor y pasión me quedaron las más grandes lecciones y las cosas más interesantes en la vida. Yo siento que, a la hora de comunicar, una forma de captar la atención de la gente el humor funciona como una llave para esa comunicación.
Además de hablar de las respuestas de las reinas de belleza, en este stand-up hace una crítica directa al gobierno
Lo que pasa es que, una cosa con las personas normales y otra cosa es el gobierno. No aplico el mismo rasero para juzgar a quien tiene una vida pública que a quien tiene un cargo público. Porque las personas que tienen cargos públicos son servidores públicos, trabajan para nosotros, así que nosotros somos los primeros que tenemos que estar encima de cada una de las acciones, en especial las que tienen que ver con su trabajo. Para mí la primera persona que tiene que estar bajo escrutinio es el gobernante. El responsable de todas las cosas, para algo lo pusimos ahí y por eso es un super privilegiado, tiene acceso y poder para manejar el erario y el destino de un país. En ese sentido sí, ya las burlas son totalmente diferentes y a mí me parece que a estas alturas las personas tienen que estar sujetas a eso, y también sujetas a los juicios que hagamos informándonos en la lectura. Ahí sí que sirve el humor, porque ante personas tan poderosas es a veces temerario opinar y el humor suaviza la opinión, pero no pongo en el mismo rasero a una reina de belleza que a quien tiene los hilos de un país.
¿Qué podemos hacer para que las personas salgan de su letargo y comiencen a ser críticos con las cosas que nos pasan?
Una primera acción es participar de la política, uno no puede quejarse de sus gobernantes si pasa de blanco en la democracia. La otra es no comer cuento. La mayoría de la gente en Colombia no lee ni siquiera un artículo completo, se queda con el titular, el lead. No se interesan por saber si lo que está sucediendo está bien o está mal, o si lo que le están informando está bien o está mal. La gente se vive quejando de los medios tradicionales, pero tienen opciones como Noticias 1 que es más independiente, y no lo ven. Es como un círculo vicioso. Exigimos de labios para fuera, pero no demostramos esa exigencia. Entonces seguimos viendo los mismos canales y premiando los mismos medios. Si usted ve que la información es parcializada, incompleta, cámbiese de medio. Arranque por ahí, arranque por leer y ser partícipe de la información y no tragar cuento.
¿Qué invitación le hace a quienes no lo han visto en las tablas?
Vayan si quieren ir a reírse un rato, y a verme echar pullas, pero también porque de pronto les queda algo chévere en el corazón y en la cabeza.