Cultura

Ricardo Silva: Entre el optimismo y el horror

El periodista y escritor habló sobre sus dos nuevas novelas, ‘El espantapajaros’ y ‘Comedia romantica’.

“Me considero una persona optimista sobre la base del horror”, dice el escritor y columnista Ricardo Silva Romero sobre su nuevo proyecto ‘Érase una vez en Colombia’, publicado por Alfaguara, que se compone de dos novelas, ‘El espantapájaros’ y ‘Comedia romántica’.

La idea de presentar dos novelas juntas –la primera, una masacre narrada en tiempo real, que parece justificada por una venganza personal; la segunda, una historia de amor contada en un diálogo que tiene lugar durante años–, obedece a un instinto del autor y responde a esa misma idea de encontrar un mensaje esperanzador dentro de un contexto que suele ser desolador y agobiante. Son las dos caras, con todos sus matices, de un solo país, pero también son dos historias que desmontan las ideas y estereotipos de lo que deberían ser las historias de muerte o las de amor.

De ‘Comedia romántica’…

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‘Comedia romántica’ es un diálogo entre dos personajes, Martina y Benjamín, que saben desde siempre que su destino es envejecer juntos: lo saben porque se los dice el tarot y las señales son claras. Uno es la memoria de la otra y se complementan perfectamente: él es centrado y calmado, ella explosiva e inquieta. Como cualquier comedia romántica, sabemos desde un inicio que estos dos personajes terminarán juntos a pesar de los reveses de su historia, pero no importa, porque son personajes perfectamente construidos que queremos conocer y que, con un humor inteligente, nos llevan hasta el final de su historia. Durante el proceso de escritura vi muchas películas de Billy Wilder –dice Silva–, donde todo el mundo habla rápido y dice cosas inteligentes. Sabía que tenía que construir esta historia así y mostrar que el amor no siempre es empalagoso, por eso el uso del ‘usted’, ¿porque quién se aguanta trescientas páginas de un diálogo en ‘tú’?”.

De ‘El espantapájaros’…

‘El espantapájaros’, por otra parte, es el recuento, paso por paso, muerte por muerte, de una masacre que tiene lugar en Camposanto, un lugar que desde sus inicios fue un pueblo fantasma, construido para albergar asesinos de otra época, que hoy en día son viejos con un pasado desdibujado. El Cigarra, líder del Bloque Titanes, compuesto por niños que buscan en la guerra una posibilidad de vida, una familia o simplemente un presente que los distraiga de pensar en su futuro, llega al lugar a buscar a ‘El espantapájaros’, un personaje mítico de la época de la Violencia. Para encontrarlo, eliminará “uno por uno por uno” a los demás habitantes del pueblo, imponiéndoles un destino que él cree ver claramente en las manos de cada uno, en donde busca en el monte de Marte la araña negra que significa una muerte violenta. Las víctimas, que alguna vez fueron victimarios, son todas presentadas como personas reales, con una historia que contar hasta el último minuto de su muerte.

¿De dónde salen estas historias?

Cada nueva novela que escribo es una respuesta a la novela anterior. ‘Comedia romántica’ es una respuesta a ‘Autogol’ (publicada en 2009 por Alfaguara) y a su estructura narrativa, mientras que ‘El espantapájaros’ es una respuesta a ‘Comedia romántica’, porque las cosas que pasan en el presente de estos personajes deben ser contextualizadas. Tal vez Martina y Benjamín intuyen lo que estaba pasando por fuera de su historia, pero no lo saben y hay que dar cuenta de eso.

¿Qué investigación hay detrás de ‘El espantapájaros?

Varias personas me contaron historias. Hubo un taxista que me contó la historia de un sicario que pasó a ser dueño de una flota de taxis. Me contaron de un tipo que se fue a la guerrilla porque sentía fascinación por las armas, uno a veces no piensa que eso pueda pasar. Y leí testimonios de soldados de la Corporación Matamoros, que me ayudaron a visualizar cómo pasan las cosas, cómo funciona la guerra.

También recuerdo el momento en que decidí contar esta historia. Fue durante uno de los debates para las elecciones presidenciales en que Mockus dijo que era increíble que nadie hubiera narrado una masacre en Colombia, ahí decidí que iba a hacerlo.

¿Por qué ‘Érase una vez en Colombia’?

Las películas de vaqueros son mi género favorito, porque narran situaciones donde la justicia antecede a la ley y eso pasa todo el tiempo en nuestro país. Todavía tenemos un camino muy largo por recorrer para llegar al punto en que podamos entender que hay procesos para imponer justicia. Pasa en Estados Unidos, acá no. Por eso el título ‘Érase una vez en Colombia’, como de wéstern, porque esa masacre es una puesta en escena de una venganza. Por otro lado, ‘Comedia romántica’, es ese otro lado de ese presente terrible, es como un primer mundo que funciona dentro de ese contexto, porque lo hay.

¿Por qué dos libros en uno?

Fue algo más instintivo. Yo quería que fuera así porque quería un equilibrio y las concebí como una unidad. En un principio pensé que fueran dos libros en una cajita, no un cara y cruz, pero en la editorial tuvieron esta idea que resultó genial. Y la verdad es que uno no puede ser un autor que dice “publiqué este libro”, porque es un trabajo en equipo. Desde los editores hasta los correctores y diseñadores hacen que el proceso y el resultado sea mucho mejor. Yo no puedo decir si es un libro bueno o no, pero es el libro que yo quería.

Carolina Venegas/ @Colorentropy

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