Opinión

Con licencia para odiar

Un hombre atizó en público a Claudia López por su sexualidad y usó a los niños como excusa para hacerlo; una vez más, la gente utilizando a los menores de edad a conveniencia para enmascarar sus propias incapacidades y miedos. Los niños son usados indiscriminadamente también para conseguir votos (Cadena perpetua para violadores), manipular una conversación (”¿Alguien quiere por favor pensar en los niños?”) y hasta para cancelar planes a última hora (No podemos ir, nos toca cuidar al niño).

Cada vez que usan a los niños para descalificar algo que no les gusta se me ocurre que lo que está mal no es aquello que critican, sino ellos mismos, que tuvieron un hijo sin estar preparados para ello. Acaba de pasar con la ida de Messi del Barcelona. Muchos de los que no estaban de acuerdo usaron la foto de un niño con la camiseta del argentino llorando en un andén para argumentar que su posible marcha causaría un gran dolor en millones de niños en el mundo.

¿Y qué? No se trata de arruinar la infancia de las personas y convertirlas en amargadas y pesimistas desde pequeñas, pero de alguna manera hay que enseñarles que la vida viene con cosas buenas y malas. O sea, ¿Messi no pude cambiar de equipo y López no puede escoger la pareja que quiera porque los niños van a sufrir, se van a aterrar o van a crecer confundidos? Así es el mundo, viene con cosas nuevas y diferentes, con cambios y reveses, incluso con asuntos que se nos salen de la cabeza, ¿qué pretenden? ¿Unificar todo? ¿Mantener a los niños en una burbuja tipo Disney para que no tener que pasar un mal rato explicándoles todo lo que se supuestamente se sale del libreto?

Además de apelar a los niños, el hombre en cuestión usó la religión, a Cristo específicamente. Dígame usted en qué momento el mensaje del supuesto hijo de Dios se torció y pasó a ser de amor para convertirse en palabras de odio e intolerancia. ¿Cómo fue que Jesús, que parecía un buen tipo, terminó siendo seguido y citado por tanto hijueputa? Creer en algo superior da paz mental y reconforta, ayuda incluso a ser mejor persona, por lo que cualquier tipo de pensamiento es bienvenido mientras no trate de imponerse a la fuerza sobre el de los demás. El problema es que muchos católicos y similares de alguna manera creen que tener a Dios de su lado les da licencia para hacer lo que les dé la gana, como si su deidad fuera un salvoconducto en vez de una fuente de respuestas.

Al margen de sus preferencias sexuales, que son irrelevantes, yo quisiera tener un alcalde o un presidente ateo, alguien que dijera abiertamente que no cree en ningún tipo de dios y aun así obtuviera millones de votos. Tal cosa sería uno de los grandes avances de la humanidad, todo un rompimiento; nos permitiría entender que creer o no creer en algo no tiene nada que ver con ser buena persona y buen líder. Todavía estamos lejos de tal cosa, candidato que quiera ganar tiene que declarar públicamente su fe o está liquidado. De todas maneras, es un avance. Hoy no votan por ti si no eres religioso, hasta hace unos pocos siglos podían matarte por tal cosa.

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