La batalla por la Tierra Media

“Pero más allá de la historia lejana o reciente, de la primera ronda perfecta de Colombia y las dos Copas que tiene Chile en sus vitrinas, este duelo de cuartos de final se plantea como una maravillosa batalla por la Tierra Media que representa el medio campo del Itaquerao”: Alejandro Pino Calad

“La batalla del Abismo del Helm ha terminado, la batalla por la Tierra Media acaba de empezar”. Con esa frase, sentado sobre su caballo y acompañado de Aragorn, Legolas, Gimli y los otros héroes de esa película, se sentencia el final de ‘El Señor de los Anillos: Las dos Torres’ y se pone sobre la mesa que todo lo que se había vivido (de lejos la mejor batalla épica que se ha hecho en cine) no era nada comparado con lo que iba a venir. Así estamos en la Copa América 2019: todo lo que pareció gesta en primera ronda no sirve de nada si no se logra ganar en los cuartos de final para meterse entre los cuatro mejores del continente, honor que se disputarán Chile y Colombia, viejos rivales en esto de definir semifinalistas.

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Ahora, cuando uno ve los medios chilenos se encuentra con que están más que confiados en que eliminarán a Colombia. No sólo se vanaglorian de ser los actuales bicampeones de América, sino que también alegan tener sangre en el ojo por el supuesto “Pacto de Lima” en el que dicen que confabulamos con los peruanos para eliminarlos de Rusia 2018 y, como ñapa, evocan que cada vez que nos hemos encontrado en instancias definitivas nos han dejado en el camino: semifinales de 1987 y 2016, y cuartos de final de 2019.

Pero más allá de la historia lejana o reciente, de la primera ronda perfecta de Colombia y las dos Copas que tiene Chile en sus vitrinas, este duelo de cuartos de final se plantea como una maravillosa batalla por la Tierra Media que representa el medio campo del Itaquerao.

El equipo de Reinaldo Rueda, que para mi jugó mejor con el 3-5-2 frente a Uruguay, a pesar de perder, seguramente regresará al 4-3-3 de sus dos victorias iniciales. Allí el eje está en Pulgar como cabeza de área, Vidal como un «todocampista» que va, viene, acompaña y saca al equipo, y Aránguiz haciendo muy bien el papel de interior derecho en un clásico box-to-box. Esta línea de tres frente a la colombiana, con Barrios solitario en el centro y dos interiores a sus costados (Uribe y Cuadrado, o Uribe y Lerma, o incluso Cardona tomando el lugar de alguno de ellos… a Queiroz le gusta el misterio hasta el final), se va a disputar el control de la pelota (que le gusta más a esta Chile que a esta Colombia) y la presión en una zona de 30 metros.

Ahora, no nos engañemos, a Chile le funciona salir al ataque transportando (piensen en el trabjo de Sánchez retrasándose para darle salida a Beausejour o en Fuenzalida e Islas corriendo por la otra banda), mientras que a la Colombia de Queiroz el cambio de frente para abrir las bandas le dio las tres victorias consecutivas que tiene. Tener un lanzador como James Rodríguez no es gratis, y si juega Cardona esta estrategia será aún más eficiente, mejor aún si Chile pone cuatro en el fondo, cuatro lentos, por demás, que pueden ser atacados y doblados.

La batalla será por la tierra media del campo, ahí se ganará el partido, y para Colombia todo pasa por saber cómo bloquear a Pulgar, neutralizar a Vidal y encontrar las bandas. Apuéstenle a varios minutos de presión alta buscando el error en la salida chilena y a la solidez de ese 4-1 en el fondo que tiene el arco tricolor en ceros. Por supuesto, hasta el momento no hemos enfrentado un ataque con los nombres y eficiencia del chileno (porque el de Argentina es sólo nombres), pero Colombia tiene con qué dejar por fuera a Chile por fin en una Copa América y seguir con el sueño de título.

La batalla será por la tierra media, y acaba de empezar…

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