La nueva era de Duván Zapata

“Porque esto no se trata de jubilar a Falcao, de darle las gracias o de hacerle un partido de despedida. El poder goleador de Radamel y el respeto que inspira en los rivales y al interior del camerino colombiano siguen vigentes y se mantendrán por varios años más”: Alejandro Pino Calad

La última vez que Falcao García había sido suplente en un partido oficial de la selección Colombia estando bien físicamente había sido en 2011, cuando ingresó desde el banco para definir la victoria en Bolivia en las eliminatorias a Brasil 2014. Desde ahí siempre fue titular en partidos por los puntos, siempre, con tres excepciones: Chile, Uruguay y Perú en esas mismas eliminatorias, pero con el condicionante de que estaba en plena recuperación de sus problemas físicos.

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Pues bien, ayer se vivió un momento en la historia de nuestra selección cuando el nuevo técnico, Carlos Queiroz, decidió dejar sus 34 goles y 78 partidos de experiencia para darle su posición en el campo de Duván Zapata, el toro joven que parece empezar la transición para ser el futuro 9 de la selección, honor que aún le corresponde (y con todos los honores) al ‘Tigre’ que, por demás, sigue siendo el capitán del equipo.

Porque esto no se trata de jubilar a Falcao, de darle las gracias o de hacerle un partido de despedida. El poder goleador de Radamel y el respeto que inspira en los rivales y al interior del camerino colombiano siguen vigentes y se mantendrán por varios años más. Con 33, el goleador histórico de la selección, un hiperprofesional en un universo de jugadores más dados a desconcentrarse fácilmente, aún sueña con llegar a su segundo Mundial, pero con 36 calendarios encima, edad que tendrá para Catar 2022, no será tan fácil. Menos cuando Zapata está mostrando con goles que es y será su gran competencia lo que, por supuesto, es una maravillosa noticia para Colombia, pues nada mejora el nivel como tener un rival de altura.

Zapata, que ingresó por Falcao en el duelo frente a Argentina a los 82 minutos y cuatro después anotaba un gol de pura potencia en una cabalgata que él mismo inició en el medio campo y culminó tras el centro de Lerma, llegó a esta Copa América como el delantero sensación de la liga italiana, en la que fue segundo goleador y gran responsable de la histórica clasificación del Atalanta a la próxima Champions League. El colombiano con más goles en el Calcio, a sus 28 años, está en el mejor momento de su carrera y con justicia fue elegido como titular frente a Catar. Pero que su titularidad fuera justa no implica que no fuera polémica, a fin de cuentas implicaba dejar en el banco a Falcao.

Claro, el orden defensivo de Catar y la falta de puntería colombiana hizo que las cosas se complicaran para Zapata y para la selección en general, e incluso Queiroz le apostó al capitán para que entrara a acompañarlo desde el minuto 64.

La avalancha tricolor acorraló a unos sólidos cataríes que parecían llevarse un punto, otro más en esta aventura sudamericana, pero con Falcao y Zapata juntos pasaron varias cosas: la primera, que James Rodríguez dejó la banda derecha y tomó su posición natural detrás de los delanteros, donde es muchísimo más valioso que en el puesto de extremo que quiere inculcarle Queiroz, cosa que se vio con el pase preciso para el gol de Zapata que definió un partido más que cerrado; la segunda y más importante, que volvió a quedar claro que sí el Tigre y el Toro pueden jugar juntos cuando sea necesario, algo que ya habíamos visto en el remate de la eliminatoria cuando Pékerman los puso en Ecuador y que resulta en una muy buena alternativa para este proceso al mando del portugués que arranca bien, muy bien, y con un nuevo goleador y competencia para Radamel, algo de lo que adolecimos durante muchísimos años pues ni Bacca, ni Jackson, ni muchos otros grandes nombres lograron hacerle sombra.

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