La imparable globalización de la moda Colombiana

La industria de la moda nacional puede estar viviendo uno de sus mejores momentos globalmente, ¿a qué se debe?

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Dejemos a un lado por un instante las reconocidas ferias y plataformas que son la vitrina de la moda colombiana para Latinoamérica y el mundo, y a los célebres diseñadores que han hecho historia en la colonización y posicionamiento de Colombia en el mercado internacional, como Silvia Tcherassi, Johanna Ortiz, Esteban Cortázar, y también festejemos las apuestas emergentes que suceden silenciosamente en el corazón de la industria, y que eventualmente se convierten en el puente que conecta al gran talento colombiano con los ojos del mundo. Y es que en los últimos tres meses han ocurrido importantes progresos que hemos pasado por alto y que seguramente tendrán impacto para la moda colombiana en este año.

La creación del Latin American Fashion Summit (Lafs) como plataforma de empoderamiento para los emprendedores latinoamericanos en la moda, que va desde el diseño, la obtención de los materiales hasta la responsabilidad social en los procesos de manufactura, fue uno de los grandes encuentros de moda que brilló por su alta participación de diseñadores colombianos. Más que crear otro espacio de moda, Lafs proporciona el know-how para guiar asertivamente el proceso de expansión al mercado internacional que aún desconocemos.

La gala del Museo de Arte Moderno (Mambo) fue en mi opinión un hito subvalorado en nuestra sociedad. No solo por la falta de cubrimiento en los medios de comunicación –a excepción de las sociales– para difundir la primicia del evento que congregó a las figuras colombianas más prominentes del arte y la moda, sino lo que significó la asistencia de estas a la alfombra verde, para el futuro de uno de los escenarios culturales más importantes del país. Más que una gala de beneficencia fue un ejercicio de concientización sobre el precario estado cultural en el que nos encontramos, del cual esperamos que se derive en una segunda edición este año.

Que marcas como Manish Arora haga una colaboración con Mercedes Salazar y que la grandiosa Dior escogiese a Olga de Amaral como la diseñadora para intervenir el icónico bolso Lady Dior explica no solo la constante atención que tiene la industria de moda global sobre el talento nacional, sino que también se está realizando una gran labor de analizar a los grandes diamantes de nuestra cultura.

El último triunfo se logró hace unos días gracias a Net-a-Porter, la web de venta de lujo online pionera en el mundo de la moda, la cual incluyó una sección llamada The colombian collective, en donde reunió a 14 diseñadores colombianos para exponer piezas cápsulas que fusionan la alta calidad artesanal representativa del mercado local con diseños competentes en el mercado global, reafirmando que el colombian-chic está tomando una fuerza vertiginosa en el panorama mundial.

Todos estos logros suceden de forma exponencial por la creciente colaboración y unión entre los actores de la industria de la moda colombiana para enviar y amplificar el mismo mensaje: Colombia es una pieza importante en el escenario moderno del diseño mundial.

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