Opinión

Una generalización desesperada

“Debí decir que una sola organización o una persona no representa todo un movimiento social, por tanto hoy escribo que fue Natalia Parra y su organización quien, por razones que solo ella conoce, ignoró mi llamado con vehemencia a que el movimiento animalista se pronunciara frente al hecho de que Andrés Varón es un macho golpeador y potencial feminicida”: Mar Candela

Ofrezco disculpas públicas porque son justas. Esta es la historia :

Como estrategia para captar la atención del movimiento animalista, mi columna pasada fue titulada: «El animalista colombiano golpeador de mujeres». Intencionalmente dije que el movimiento animalista en Colombia guardaba silencio frente a Andrés Barón, animalista maltratador de mujeres y potencial feminicida. Intencionalmente hice comentarios que sabia moverían las fibras mas sensibles de cada activista animalista que leyera.

Esto lo hice de modo desesperado por lograr un pronunciamiento oficial desde el movimiento animalista. Como era de esperarse, recibí todo tipo de reproches y tachas por el tema de comer carne. Uno de los argumentos que tuve que escuchar fue el siguiente: «si es válido que una feminista consuma carne, entonces es válido que un animalista sea golpeador de mujeres».

Otro curioso argumento fue este: “golpear a una mujer es grave; asesinar a sus hermanos y comérselos es monstruoso”. Recibí decenas de comentarios similares para justificar el silencio de algunos animalistas y sí, aunque escribí a propósito en la columna anterior que el movimiento animalista guardaba silencio, haciendo ver que yo había hablado con todo el movimiento animalista, hoy debo decir a algunos animalistas: este es mi modo de ofrecer disculpas públicas a quienes con justa razón me dijeron: “las personas a las que acudiste no son todo el movimiento animalista”.

Me dirigí por WhatsApp a Natalia Parra Osorio, fundadora de la plataforma ALTO, organización en pro de los derechos de los animales a quien conozco hace años. Sorpresivamente para mí, fui absolutamente ignorada. Lo hice por redes sociales e incluso la llamé y de todas maneras recibí el mismo desdén y silencio. Nunca respondió a ninguna de mis expresiones.

Después de la nota expuesta, Camila Manzanares, edil animalista en Bogotá, me ofrece el eco de su voz. Se pronuncia y no sólo eso, me da los micrófonos en la emisora de Jorge Barón. Allí expuse el tema minuciosamente; un oyente llama y afirma conocer a Andrés Varón y reafirma que es una persona a la que no pocos le tienen miedo por su historial conocido, y que Natalia Parra es cercana a este hombre ya que pertenece a su plataforma. De inmediato entendí su silencio. Eso sólo explica por qué ha callado, no lo justifica: lo explica. Es más fácil mostrar indignación en casos como los de Bolillo Gómez que en un caso de alguien cercano a nuestra realidad.

Algunas personas se han pegado de mi reproche a Natalia para cuestionar su movimiento y labor. Dejo claro que conozco la calidad humana de Natalia y su labor por años y jamás permitiré que me usen para poner en entre dicho su labor y su calidad humana. No obstante, así como es su derecho a callar frente al hecho de que Andrés Varón tenga una denuncia por amenazar de muerte a la madre de su hijo y por presuntamente maltratar a su hijo, y la existencia de un historial de demandas y denuncias por maltrato, también es mi derecho expresar abiertamente mi enorme tristeza por su silencio y decir que considero propio, justo y necesario que ella se pronuncie públicamente ya sea para respaldarlo o cuestionarlo. Por el silencio del entorno social de los abusadores de mujeres es que esos machotes se creen con respaldo social, por eso es tan importante que familiares, amistades y todo núcleo social al que pertenezca un agresor de mujeres se pronuncie.

Debí decir que una sola organización o una persona no representa todo un movimiento social, por tanto hoy escribo que fue Natalia Parra y su organización quien, por razones que solo ella, conoce ignoró mi llamado con vehemencia a que el movimiento animalista se pronunciara frente al hecho de que Andrés Varón es un macho golpeador y potencial feminicida.

Mi deber siempre será mientras viva estar del lado de las denunciantes, creerle a las mujeres hasta que compruebe lo contrario y, como siempre lo he dicho, yo seré la primera en denunciar a la mujer que denuncie falsamente a un hombre en caso de comprobarse. Para mi la denunciante siempre dice la verdad hasta que se compruebe lo contrario. Es el aparato judicial quien debe definir quién dice la verdad. En un país donde la mayoría de veces no le creen a las mujeres y estamos en pandemia de feminicidios, mi deber como feminista es creerles.

En ese orden de ideas, prosigo a contarles que Keyla Rosenbaum -la denunciante- ya ha estado en audiencia pública frente a Andrés Varón. Gracias al trabajo de hacer visible el caso cuenta con el apoyo de diferentes frentes sociales. Ya se sabe que si algo le llega a suceder, el primer sospechoso es el señor Andrés Varón y por eso, solo por eso ha valido cada palabra que he escrito. Muchas gracias a las colectividades animalistas que han apoyado esta denuncia.

Colofón: Cierro con dos frases para reflexionar. Frases que a mi me estremecen y son dichas por hombres, para que no digan que solo cito a mujeres. Aquí va:

“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”: Martin Luther King. Y esta segunda frase la quiero aún más: “Soy tan partidario de la disciplina del silencio que podría hablar horas enteras sobre ella”: George Bernard Shaw

Por: Mar Candela / @femi_artesanal

 

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