¡Pierna arriba!

“Ha sido un hecho reiterativo las violaciones sistemáticas al ordenamiento jurídico, a la constitución política, al ordenamiento jurídico en general y a los mismos acuerdos de La Habana”: Guillermo Rodríguez

(Mauricio Dueñas Castañeda/(EPA) EFE)

Muchas voces se levantaron y señalaron de vil mentira cuando se evidenció la posibilidad que alias “Timochenko” fuera candidato presidencial, asunto que desde luego no se habilitó o posibilitó en las negociaciones de La Habana. Sin embargo, como es ya sabido públicamente, el máximo líder de las Farc será candidato presidencial. Dicen los cándidos y entusiastas que nadie votará por un “tipo como ése», expresión que desde luego ojalá respondiera a lo que es probable en Colombia y su sistema democrático y judicial.

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Los acuerdos nunca habilitaron violar la constitución política de Colombia, ni la voluntad mayoritaria del constituyente primario en pro de una expectativa de paz. Sin embargo, ha sido un hecho reiterativo las violaciones sistemáticas al ordenamiento jurídico, a la constitución política, al ordenamiento jurídico en general y a los mismos acuerdos de La Habana; las Farc nunca cumplieron sus compromisos y obligaciones consagradas en el acuerdo, pese a que ese acuerdo de entrada va en contravía a la constitución y fue negado por los ciudadanos en el plebiscito; las Farc han hecho caso omiso a sus compromisos, como es la entrega de los menores reclutados, asunto que crea la necesidad absoluta de contarle a Colombia los vejámenes del reclutamiento forzado y sus delitos conexos a merced de las Farc, como también quedó al lado la entrega total de caletas, armamento pesado y bienes.

El proceso nunca abordó asuntos significativos y propios a la desarticulación por completo de una organización narcoterrorista, como es la ruptura absoluta del mando y control, como tampoco la desarticulación económica de su cúpula de toda la cadena económica producto de actividades ilícitas de la organización. Por esa razón en las zonas veredales ya no hay un número significativo de miembros de las Farc, en razón de que toda la fortuna de la organización quedo en cabeza de los máximos cabecillas, aunado a ello la burocratización de los mismos, que valga mencionar llegarán al Congreso con todas las gabelas del caso, casa, carro, sueldo millonario y beca.

Mientras que las bases de las Farc vuelven a sus antiguas andanzas, ‘Timo’ y compañía pretenden llegar al poder. Cualquiera que sepa de los vejámenes de esa organización y que vivió los horrores a cuenta de ellos, jamás contemplaría la posibilidad de que las Farc llegara al poder, desde luego, pero también hay que mencionar que hay una “muchachada entusiasta” que no vivió de cerca ni por las curvas la realidad, y que les cuesta creer qué son las Farc. Por ello es menester no subestimar el proceso electoral que pronto se avecina, tanto para elección de congreso como también de presidencia de la república; existen hechos o mejor graves indicios que hacen prender las alertas de lo que se viene para Colombia.

Muchos apostaban a que la consulta liberal, mecanismo vagabundo para escoger vagabundos, la ganaría Cristo porque se decía que tenía maquinaria. Extrañamente la ganó De la Calle, personaje que entregó el país a las Farc y que entre otras estaba muy lejos del ejercicio de la mecánica política. Ese hecho tiene que ser suficiente para advertir lo que puede venirse. Ahora el mas reciente hecho fue el fin de semana pasado en donde ganó la alcaldía de Yopal un militante de la izquierda radical. El ganador, un completo desconocido y sin pocas posibilidades para ganar en una región uribista, pero apoyado por una extraña coalición que representa el socialismo del siglo XXI y los intereses desde luego de la izquierda radical y las Farc. Urge buscar crear una comisión internacional contra la impunidad y que brinde garantías judiciales y electorales.

Por: Guillermo Rodríguez / @guillorodrig

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