Las elecciones atípicas de Cartagena el pasado domingo dejaron un mal sabor de boca a los cartageneros, pero una preocupación muy grande a los expertos. El fantasma de la abstención, que se esperaba disminuir luego de los buenos resultados en las elecciones del pasado 11 de marzo, revivió luego de unas cifras desastrosas.
PUBLICIDAD
En las elecciones para alcalde de Cartagena que eligieron a Antonio Quinto Guerra, solo votaron 169.835 de los casi 750.000 votantes habilitados para votar. La abstención por encima del 80% llamó a la preocupación de las autoridades.
Así lo determinó la Misión de Observación Electoral (MOE), que anotó que los votos por Antonio Quinto Guerra fueron solo el 9,6% del total del censo electoral en la ciudad: es decir, de cada 10 cartageneros, 9 no votaron por su noveno alcalde en siete años. Ocho ni siquiera se dignaron pasar por las urnas.
Esto es una situación altamente preocupante: en 2014, tras la muerte de Campo Elías Terán, la elección atípica tuvo una participación superior, con una abstención cercana al 70%, por lo que esta caída apunta a un desgaste electoral. Según Eduardo Sánchez, experto de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la crisis de gobernabilidad en Cartagena tiene totalmente desconfiados a sus habitantes.
«La ciudad ha tenido 9 alcaldes en los últimos 7 años, e incluso pasa que alcaldes elegidos de forma atípica no terminan su período o tienen su elección en entredicho. Esto hace que no solo los cartageneros estén cansados por el simple número de procesos electorales, sino también porque sus candidatos no tienen las condiciones morales mínimas para ser elegidos», dijo a PUBLIMETRO.
¿Abstención en caída?
En las últimas elecciones nacionales ha habido una situación muy atípica: el plebiscito por la paz del 2 de octubre de 2016 tuvo una abstención del 62,7%, mientras que las elecciones para el Congreso tuvieron abstención del 51,3%.
PUBLICIDAD
Para Sánchez, estas cifras apuntan a la desidia de los colombianos para las elecciones. «Mucha gente no participa en el ejercicio electoral, ya sea porque es algo que no les interesa o porque los aburre», afirmó. A pesar de esto, otras causas como la presión de los actores armados han disminuido masivamente.
«Si algo demostraron las elecciones de Congreso en marzo, es que hay menos presiones de actores armados como las disidencias de las Farc o el Eln. Hay que ver qué sucede con ‘Guacho’ en las zonas de influencia, pero esperaría que este sea un factor marginal en estas elecciones», afirmó Sánchez.
A pesar de la polarización presente en las redes sociales, la amenaza de la desidia ronda constante sobre estas elecciones. Todos los candidatos, pero en especial Gustavo Petro y Humberto de la Calle, han tratado de hacer una campaña que involucre a los jóvenes, en donde está concentrada la mayor parte de la abstención.
Los jóvenes, el problema
El exviceministro del Interior Luis Ernesto Gómez lideró una serie de medidas para poder involucrar de mejor manera a los jóvenes en política. Actualmente trabajando en la campaña de Humberto de la Calle, destacó la importancia de la votación de los jóvenes.
«En un panorama como el colombiano, en el que los partidos tradicionales monopolizan las elecciones y en el que la corrupción se ha arraigado en las prácticas gubernamentales y políticas, los jóvenes no se sienten ni representados ni consideran que sus agendas o sus voces sean realmente escuchadas por los candidatos», dijo en febrero de 2018 en un evento en Bucaramanga.
«El futuro de cualquier nación depende de que los jóvenes tengan hábitos de votar. Cuando una persona no vota las dos primeras veces, se convierte fácilmente en un abstencionista. En cambio cuando un ciudadano vota, se interesa y se informa y se genera una cultura de participación que contribuye a romper el ciclo vicioso de la abstención», recalcó.
Sánchez destacó que las campañas polarizadas en este proceso electoral son, curiosamente, benévolas para la participación electoral. «La polarización ha hecho que cada vez más jóvenes entren, ya sea por uno u otro candidato. El ciclo que se vio en redes sociales parece romperse, pero hay que ver si somos capaces de pasar del 60% de participación visto en 1998», dijo.
La cifra
51,3%
Fue la abstención en las elecciones del Congreso de marzo 11, inferior a la de 2014.