Los rompevidrios tienen azotados a la comunidad del barrio Trinidad Galán, donde continúan delinquiendo pese a las constantes denuncias.
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Según víctimas, los hombres se ocultan en un caño que está a un lado de la vía e impiden el paso de vehículos a los que les rompen los vidrios y se llevan las pertenencias.
El problema, dice la más reciente víctima de atraco, es que la banda camina por la calle sin ninguna preocupación debido a que la Policía no los detiene porque el hecho no ocurre en el cuadrante que a ellos les corresponde.
Los robos ocurren incluso durante el día e intimidan a las víctimas con armas blancas.