En un curso dedicado al final del conflicto organizado por la Universidad Complutense de Madrid, Humberto de la Calle subrayó que este acuerdo, que es «real, válido e imperativo» debe cumplirse de manera rápida y genuina, sin reabrir discusiones sobre la sustitución de la Constitución que suponen un «inmenso riesgo».
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Según el exvicepresidente no hay una intención de desistir de las ideologías respectivas de cada bando, por lo que poner esfuerzos para convencer ideológicamente al otro «es inútil, ya que «cada bando defiende sus principios».
A la guerrilla De la Calle pidió que «se limiten al ejercicio de la democracia» y que continúen en ese camino y se mostró convencido de que hay cada vez más declaraciones sensatas, a pesar de «ciertas alteraciones y utilización de mecanismos innecesarios», como la huelga de hambre del dirigente de las FARC Jesús Santrich en apoyo a guerrilleros encarcelados, ya que «generan ruido innecesario».
En cuanto a los escenarios de reincorporación de los excombatientes a la vida económica, legal, social y política, Humberto de la Calle se mostró preocupado por el paso siguiente que sigue a esa reincorporación.
Para de la Calle, tras la disolución de la guerrilla, que deja de combatir en función de decisiones individuales, resulta conveniente para Colombia la cooperativa Ecomún, presentada a primeros de julio por las FARC, que «mantenga cierto grado de coherencia y agrupamiento de este grupo en el proceso de reincorporación».
Ecomún promoverá proyectos agrícolas, gastronómicos y de tecnologías en los que participarán excombatientes y es apoyada por el Ministerio de Trabajo.
«De esta manera se evita el riesgo de que de manera individual vuelvan a actuar», añadió el jefe negociador.
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Para De la Calle, rebajar el fin de más de medio siglo de conflicto a simples elementos ordinarios de la interpretación jurídica es «un error de óptica», ya que no da relevancia a esto que está ocurriendo, manifestó de la Calle.
En la actualidad «asistimos a una controversia sobre el futuro de Colombia», dividida entre los que se oponen al acuerdo y «quienes creemos que el acuerdo es una oportunidad».
El acuerdo refrendado por el Congreso a finales de 2016 es existente y es el Congreso el que tiene que adoptar los principios acordados para que el cumplimiento sea rápido y genuino, por lo que De la Calle consideró que «es un error discutir sobre algo que ya existe»