«La comunidad internacional debe aceptar que está muy lejos de eliminar o reducir las adicciones, la producción, el tráfico de sustancias ilícitas y el lavado de activos, como los demuestran las cifras globales de Naciones Unidas», declaró Holguín ante la Comisión de Estupefacientes de la ONU, reunida en Viena.
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La ministra lamentó que los resultados globales en la lucha contra las drogas hayan sido «frustrantes» y recordó que se ha producido un aumento del número de consumidores mundiales de drogas.
«Nuestros grandes esfuerzos sostenidos durante décadas, al igual que muchos otros países, no han conducido a desmantelar el negocio de las drogas ilícitas que todo lo corrompe y que muta con agilidad vertiginosa», indicó la jefa de la diplomacia colombiana.
Holguín lamentó que en Colombia se haya producido un aumento del consumo, dentro de la tendencia internacional, y subrayó el caso de las drogas sintéticas, que no se fabrican en el país suramericano.
Como ejemplo de las dificultades de la lucha contra las drogas, Holguín recordó que en Colombia los campesinos venden un kilo de hoja de coca por un dólar, y que el precio de un kilo de cocaína alcanza en China 70.000 dólares, una cifra que se multiplica por diez en la venta callejera.
Sobre el incremento de los cultivos de coca en los últimos años en Colombia, la ministra explicó que se deben a varios factores.
Entre ellos, cito que la producción de clorhidrato de cocaína es cada vez más sofisticada y que existe una creciente actividad de carteles extranjeros en el país.
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«Se ha detectado la incidencia creciente de carteles extranjeros con enormes sumas de dinero para garantizar la compra de la hoja de coca, los precursores y las instalaciones. Ya no solamente estamos enfrentando los carteles colombianos sino los extranjeros», recalcó Holguín.
También subrayó que algunos campesino aumentaron los cultivos para acceder a los beneficios de la sustitución de cultivos en la etapa posconflicto, por lo que aumentaron la siembra de hoja de coca antes del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC.
Por último, señaló que la devaluación del peso colombiano también incidió en el aumento de los plantíos de coca.
Holguín dijo que su Gobierno ha puesto en marcha un plan de erradicación forzosa con el objetivo de destruir 50.000 hectáreas este año, de las que ya se han erradicado unas 5.000 hectáreas.
También recordó los programas de sustitución voluntaria de cultivos dentro del acuerdo de paz y que existe un aspecto específico a la lucha contra las drogas dentro del documento.
Por último, la ministra lamentó que no se hubiera llegado a un compromiso en la ONU para que los Estados no apliquen la pena de muerte a delitos relacionados con las drogas o, al menos, que establecieran una moratoria.
«Hace pocos días un ciudadano colombiano fue ejecutado por un delito no violento relacionado con drogas. Permítame transmitirles el gran impacto que esto tuvo en mi país, donde la pena de muerte no existe», concluyó Holguín en referencia a la ejecución en China de un ciudadano colombiano.
Además de Holguín, que encabeza la delegación colombiana, también se encuentran en Viena en alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, y el general retirado Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, postulado para vicepresidente.