El popular barrio 11 de noviembre de Santa Marta, es el hogar de varios excombatientes del conflicto armado que trabajan con los menores de la zona para alejarlos de la violencia, las drogas y la pobreza.
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Para una de las iniciativas más populares, la de embellecer la escuela Nueva Colombia, han contado con el apoyo del Gobierno y la empresa privada.
El centro educativo está situado en una planicie seca que contrasta con los verdes cerros que la rodean y allí decenas de voluntarios, desmovilizados de los grupos armados ilegales y profesores de la escuela, pintaron sillas, murales y puertas.
La jornada de trabajo incluyó una obra de teatro, cantos y otras actividades para los estudiantes y sus padres.
La empresa Directv, con la ayuda del Ministerio de Educación, la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y otras entidades, fue la gestora de este proyecto de inversión que beneficiará a más de 600 niños y jóvenes que asisten a esa escuela.
«Esta iniciativa está dentro del programa de responsabilidad social de Directv, que tiene dos líneas de acción: el ‘Voluntariado Piedra, Papel y Tijera’ -que, en este caso, consiste en la reparación de la institución-, y la ‘Escuela Plus’ -que lleva contenidos educativos por medio de la tecnología satelital-«, dijo a Efe la vicepresidenta legal de la empresa, Natalia Iregui.
Marcela Ochoa, una pequeña de diez años, agradeció la iniciativa y señaló que gracias a esa escuela todos los niños del barrio podrán «tener un mejor futuro y seguir avanzando».
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El papel de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) también fue clave en la remodelación de la escuela, pues varios desmovilizados y excombatientes en proceso de retorno a la sociedad se sumaron al proyecto.
«Ha sido una experiencia impecable y gratificante. Esta es la cuarta actividad que realizamos con ellos, y desde el primer día, hemos visto que son personas que están entregadas a lo que hacen, que quieren construir lazos sociales y aportar a la sociedad», señaló Iregui.
Rogelio Fontalba, un excombatiente del grupo paramilitar Frente Resistencia Tayrona, es uno de los reinsertados que se ha sumado a la intervención en la escuela.
Aunque le cuesta mirar a los ojos a su interlocutor y afirma que el proceso de paz que vive actualmente el país «es una farsa», destaca los beneficios que el proyecto trae a la zona y la labor de la ACR.
«El aporte que se le está haciendo a los niños está muy bien. Ellos son el futuro de Colombia», apuntó Rogelio, quien, gracias a la ACR, estudió un programa técnico de cocina y pudo obtener un empleo.
Rogelio se siente feliz de «cambiar un fusil por un lapicero», de poder superar las secuelas de la guerra y de contar con la tranquilidad para disfrutar de sus amigos, su pareja y los planes que piensa emprender en el futuro.
El director general de la ACR, Joshua Mitrotti, consideró que «estas iniciativas conjuntas promueven la paz y la reconciliación en el territorio».
Además, añadió que «a través del voluntariado de Directv» ha sido posible «transformar escenarios educativos y deportivos con el fin de que las nuevas generaciones tengan un espacio» para «construir habilidades y competencias como ciudadanos».
De igual manera, otras iniciativas que se han gestado desde hace varios meses, también han contribuido a reparar a las víctimas del conflicto armado y a personas con traumas emocionales.
La alegría de los niños, profesores y desmovilizados, al terminar la jornada con la nueva cara de la escuela y los nuevos vínculos que se construyeron, son los resultados del trabajo de las organizaciones que, mediante obras como estas, fortalecen la construcción de la paz.