La mayor sensación que queda después del “revolcón” que el presidente Juan Manuel Santos provocó este lunes en su gabinete es que muy pocas personas quedaron contentas. Varios partidos rechazaron distintos nombramientos a nivel global, demostrando nuevamente la desunión entre los movimientos políticos.
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Las protestas más ruidosas provinieron de los partidos Verde y Polo Democrático, luego de que dos dirigentes fueran nombrados en el que Santos llamó “el gabinete del posconflicto”: Jorge Londoño como ministro de Justicia, y Clara López como ministra de Trabajo.
El nombramiento de Londoño en reemplazo de Yesid Reyes, quien abandonó la cartera de Justicia para hacer campaña en la elección a Fiscal General, fue rechazado por la bancada verde. Los senadores Claudia López y Antonio Navarro ratificaron que, a pesar de la presencia del exgobernador de Boyacá en el gabinete, seguirán en oposición.
“El nombramiento de Jorge Londoño no nos compromente políticamente. No estamos de acuerdo con hacer parte de un gobierno cuyas relaciones políticas se centran en la distribución de mermelada, que es corrupción”, dijo Claudia López.
En el Polo Democrático la división fue aún más cruda: el senador Jorge Robledo exigió la renuncia de Clara López a la dirección del partido de izquierda, y aseguró que su presencia en reemplazo de Luis Eduardo Garzón es “un golpe de muerte” al partido.
En diálogo con W Radio, la nueva ministra de Trabajo reconoció las relaciones tirantes con Robledo, pero desestimó la posibilidad de una ruptura. “Tal vez a él le gustaría pero es un partido muy resiliente. Hay un equipo muy consolidado y tenemos participación y presencia en absolutamente todo el país. Yo no veo que se pueda desestabilizar el Polo”, aseguró.
Los partidos Liberal y Cambio Radical, que perdieron puestos en el gabinete, también se mostraron molestos. El copresidente liberal Horacio Serpa pidió que Santos acabe la Unidad Nacional, pues “ya cumplió su cometido”.
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“Que se acabe la Unidad Nacional como una especie de entelequía política que junta unos partidos con otros para darle respaldo al Gobierno en la política de paz. Nosotros apoyamos la paz sin ese perendengue”, dijo.
“Una movida política”
Según el profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario Rubén Sánchez, los cambios no se debieron a malos resultados o desgaste. “Yo creo que fue una movida política, tendiente a que haya una mayor representación del abanico político en el gabinete. Tal vez con buena intención del presidente Santos, pero hay que ver cómo funciona”, afirmó.
A pesar de esto, Sánchez puso en duda la posibilidad de que esta medida tuviera éxito. “Aquí se manejan dos lógicas, una nacional que se cuadra desde Bogotá en la que se actúa como si hubiera partidos, y una regional en los que un grupo maneja el poder efectivo”.
Para el académico, la molestia de los partidos es la pérdida de un control burocrático. “Eso es lo que los molesta. Obviamente, todo cargo político importante implica manejo de personal, de recursos, y se gana o se pierde poder dependiendo de quién esté allí”, afirmó.
Sánchez rechazó que el Ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, sea un ingeniero de minas y especialista en minería a cielo abierto. “El medio ambiente es un tema muy importante en el país que tiene que ver no solo con problemas medioambientales sino con minería ilegal, grupos al margen de la ley. Nombrar un ingeniero no es lo más acertado”, dijo.
El docente destacó el nombramiento de Clara López, a quien llamó “una mujer muy capaz”, pero aseguró que se podría venir una renovación del gabinete en los próximos meses. “Hay que recordar que en la última crisis ministerial, Santos dijo que se venía el gabinete de la paz”, detalló.
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