Colombia

Una mirada desde la literatura al conflicto armado en Colombia

“Víctimas pero no por siempre” es el libro que se lanzó ayer en la FilBo.

Algunas de las miles de tragedias que atraviesan Colombia por el conflicto armado se han recopilado en «Víctimas pero no por siempre», un libro presentado el sábado en Bogotá que reúne las crónicas de periodistas de las dos orillas del Atlántico con la intención de salvaguardar una memoria llena de dolor.

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La obra es una iniciativa de Oxfam que recoge historias de víctimas que «han hecho de su vida una lucha» constante para recuperar sus vidas, explicó Alejandro Matos, director asociado de esa organización humanitaria en Colombia, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo).

«No queremos que se mueran siendo víctimas, queremos que recuperen sus derechos y de ahí la lucha por la verdad, la justicia y la reparación integral», agregó. En el interior de las páginas del título se recoge el drama del país andino a lo largo de más medio siglo de conflicto por medio del testimonio de familiares que vieron desaparecer a sus seres queridos de un día para otro o directamente ejecutados extrajudicialmente o de aquellos que sufrieron violencia sexual.

Estas crudas historias las firman el equipo de investigación del portal web colombiano «Verdad Abierta» y los periodistas españoles Esther Rebollo, quien fuera delegada de la Agencia Efe en el país (2008-2015), y Ander Izaguirre, uno de los ganadores de los Premios de Prensa Europeos el año pasado por su reportaje sobre las organizaciones paramilitares en Colombia.

Rebollo plasma el estigma al que han estado sometidos los campesinos cocaleros del departamento del Guaviare, en el sur del país, quienes tuvieron que soportar ser vinculados con las FARC sumado al olvido durante décadas por parte del Estado.

Izaguirre se centra en los casos conocidos como «falsos positivos», nombre con el que se conoce en Colombia al escándalo de las ejecuciones extrajudiciales, donde miles de civiles fueron asesinados por militares para hacerlos pasar por guerrilleros muertos en combate y así obtener beneficios.

Una de esas historias es la de Luz Marina Bernal, del colectivo «madres de Soacha» e imagen de la portada que ilustra el libro, cuyo hijo Fair Leonardo Porras fue asesinado en 2008, en uno de los llamados «falsos positivos», nombre como se conocen en el país las ejecuciones de civiles cometidas para simular bajas de guerrilleros

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Durante la exhumación de Porras en Ocaña, en el departamento de Norte de Santander (noreste), pues allí fue encontrado, el fiscal de ese departamento le dijo a Bernal que su hijo «era el jefe de una organización narcoterrorista».

«Creo que un joven de educación especial, un niño en un cuerpo grande, ya que tenía 26 años pero tenía una mentalidad de ocho, pues no sabía leer ni escribir, ni siquiera identificaba el valor del dinero, no podría liderar ni pertenecer a un grupo al margen de la ley», detalló Bernal en la presentación.

Esta madre coraje, nominada al Premio Nobel de la Paz, ha participado en las mesas de negociación de La Habana, donde el Gobierno colombiano y las FARC mantienen los diálogos de paz, que se ha extendido por más de tres años y medio.

En paralelo, también se presentó «La vida por la justicia», firmado íntegramente por «Verdad Abierta» y el que se compilan las historias de jueces y funcionarios del Estado que cumplieron con su deber hasta el final con todas las consecuencias, incluso la muerte.

Para el director de «Verdad Abierta», Juan Diego Restrepo, recopilar esta memoria es «esencial para que no se vuelva a repetir» y porque a través de ella, «se puede reclamar desde el periodismo responsabilidades políticas a aquellos que ejecutaron, permitieron o se volvieron cómplices» de dichas acciones.

No obstante, consideró en declaraciones a Efe que hablar de posconflicto actualmente es «crear falsas esperanzas en la gente» mientras no se resuelvan el resto de confrontaciones que amenazan la seguridad del país.

A su juicio, deberán pasar «dos generaciones» para superar las secuelas de una guerra cuyo dolor llevará superarlo «mucho, mucho tiempo».

PUB/PL

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