El Gobierno no para de buscar salidas que permitan atajar la cuestionada Reforma a la Justicia. Mañana y el jueves, durante las sesiones extras en el Congreso, se espera que los parlamentarios hundan la iniciativa.
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Así quedó concertado entre el Ejecutivo y los partidos de coalición, los cuales se comprometieron a rechazar la reforma una vez se reabra el debate de las conciliaciones. Ayer mismo el presidente radicó el documento con las objeciones.
Según dijeron los voceros de las colectividades, no entrarán en el debate de lo que se pueda rescatar del proyecto, la idea es tumbarlo todo “por el bien del país”.
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A través de un comunicado oficial, el Partido Verde aseguró que respalda la convocatoria a sesiones extraordinarias “pero no para que allí se discuta si una parte de la reforma es buena y otra mala, sino para que sea hundida en su integridad sin vacilaciones”.
El acuerdo estaría respaldado por los partidos Liberal, Verde y Polo Democrático.
Mientras en la Casa de Nariño y en el Capitolio Nacional corren contra el reloj para hundir dicha reforma, en las calles la ciudadanía sigue firme en su propósito de sacar adelante el referendo derogatorio de la misma.
Ayer, pese a que el registrador Carlos Ariel Sánchez dejó plantados a los miembros del Movimiento Constituyente Primario, líderes en la recolección de firmas, los voceros de la organización afirmaron que no pararán en su empeño.
Armando Novoa, integrante del movimiento, señaló que “esta actitud es un irrespeto de los burócratas contra el pueblo” y anunció que no se reunirá con el registrador ni volverá a esas instalaciones hasta tanto tenga las firmas necesarias para la inscripción del comité ante la institución electoral.
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