Colombia

Maltrato, cadenas y fugas entre los momentos más duros de liberados por FARC

Bogotá, 3 abr (EFE).- Los diez militares y policías colombianos que fueron liberados el lunes por las FARC relataron hoy el maltrato al que fueron sometidos durante su largo cautiverio, encadenados durante años, y dieron cuenta de un fallido intento de fuga que por poco les cuesta la vida a algunos de ellos.

«Todos los días nuestras vidas corrían peligro», afirmó el policía Wilson Rojas Medina en una conferencia con la prensa en Bogotá, donde se encuentra desde el lunes por la noche junto a los demás uniformados liberados.

Rojas, intendente jefe de la Policía Nacional, resumió así los peligros que los ahora exrehenes debieron afrontar durante el tiempo que estuvieron en manos de las FARC, alguno hasta más de 14 años, ya que todos ellos fueron hechos cautivos entre 1998 y 1999 en distintas regiones de Colombia.

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«Era un peligro diario», apuntó el intendente, quien en alguna ocasión se salvó junto a otros tres secuestrados de morir víctima de un rayo, descarga que mató al guerrillero que hacía de carcelero.

Pero además, estos militares y policías afrontaron amenazas y maltrato y, paradójicamente, el asedio de las fuerzas de seguridad, que nunca descartaron la posibilidad del rescate.

«Estuvimos encadenados por largos ocho años (…), es más, encadenados por parejas, las 24 horas del día, en ocasiones estuvimos encadenados de los pies y, en ocasiones, de las manos», denunció Luis Alberto Arcia, sargento del Ejército Nacional, también a los periodistas.

Arcia, que estuvo más de 14 años cautivo, observó que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siempre estuvieron expectantes ante una posible operación de rescate militar, caso en el que no iban a permitir que los cautivos salieran con vida.

Sin embargo, una de las peores experiencias la vivieron los policías Jorge Trujillo Solarte y José Libardo Forero, quienes una noche lluviosa huyeron de los rebeldes y lograron permanecer fugados durante un mes.

«Ese día renunciamos a la vida, había que salir, vivir o morir, y salimos», dijo Solarte, mientras que su compañero Forero apuntó: «Pedía a Dios que me diera algo para iluminar y apareció una luciérnaga; el Señor nos había indicado y a partir de ahí sobrevivimos con siete paquetes de galletas y dos arepas», unas tortas de harina de maíz.

El cautiverio también tuvo sus paradojas, como lo expuso el intendente jefe de la Policía Wilson Rojas Medina: «Sentir el asedio de las tropas cuando uno pertenece a las instituciones, sentir el asedio de los aviones y tener que huir. Es algo demasiado duro».

Los seis policías liberados ayer se mostraron hoy dispuestos a seguir en el servicio activo de la Policía Nacional, después de que se emitieran sendos partes médicos emitidos por los hospitales de la Policía y el Ejército sobre la salud de los liberados.

En ambos reportes se estableció que los uniformados están «estables» y presentan «buenas condiciones generales y mentales».

Algunos padecieron paludismo y leishmaniasis, ambas enfermedades tropicales comunes, mientras que otros perdieron peso y contrajeron males digestivos, según los mismos informes, que indicaron que varios uniformados deben recibir asistencia en salud mental.

En el caso de los militares, la subdirectora del Hospital Militar, la coronel Clara Galvis, detalló que los exsecuestrados «están en su fase de adaptación, (pues) vienen de un estrés de muchos años, de estar fuera de su realidad, de su familia».

«Están estables, en su parte anímica están adaptándose a esta nueva realidad», añadió la médico, para admitir que el énfasis en la atención de estos exsecuestrados es en la salud mental.

El estado de los militares y policías había sido previamente constatado por el presidente Juan Manuel Santos, quien los visitó por separado en sus hospitales.

«Viéndolos libres (…) es un motivo muy importante de regocijo», expresó Santos, quien reiteró que valora en su dimensión este paso de las FARC, pero que también lo considera insuficiente, por cuanto los rebeldes deben dar unas «muestras más fehacientes» de su voluntad de paz.

Bogotá, 3 abr (EFE).- Camisetas firmadas por los jugadores, invitaciones a los entrenamientos y hasta entradas gratis a los partidos, son algunas de las manifestaciones de varios equipos colombianos a algunos de los policías y militares que fueron liberados el lunes por las FARC.

El más privilegiado hasta el momento es el sargento del Ejército Luis Arturo Arcia, ferviente hincha de Santa Fe, quien no solo recibió varios mensajes de seguidores del equipo rojo de Bogotá, durante sus 14 años de cautiverio, sino que además durante lo que resta de este año podrá entrar gratis a ver a su equipo del alma.

«Esperamos hacerle un homenaje al sargento Arcia, que puede ser en el partido del próximo 25 de abril frente a Atlético Nacional en El Campín, en donde además le entregaremos un bono por lo que resta de este año», señaló a Efe, Pablo García, jefe de prensa del equipo.

«Es más, la institución ‘cardenal’ considera al sargento Arcia como un hincha fiel, y el más insigne que tiene Santa Fe», agregó García.

Por su parte, el portero de Millonarios, Nelson Ramos, quien estuvo muy atento a la liberación de los diez uniformados, invitó al también sargento del Ejército, Luis Alfonso Beltrán, para que en el momento que quiera acompañe al equipo a un entrenamiento.

«Sería muy bueno que venga y nos dé esa voz de aliento y de esperanza que él tuvo para salir adelante, y así nosotros poderlo escuchar y darle una gran alegría», aseguró Ramos a medios de prensa locales.

En Pasto (suroeste), también esperan con homenajes y camisetas firmadas por los jugadores del equipo de la ciudad al sargento del Ejército Luis Alfredo Moreno y al intendente de la Policía, Jorge Humberto Romero.

Ambos son fieles seguidores del Deportivo Pasto.

Los jugadores quisieron unirse a la celebración de «Bienvenida a la libertad» y firmaron dos camisetas para entregarlas a los uniformados.

«Queremos aportar un granito de arena a la felicidad de sus familias por su liberación», aseguró el entrenador del equipo Flavio Torres, al referirse a los dos liberados.

De igual manera en Barranquilla el sargento Jorge Trujillo, ferviente seguidor del Atlético Junior, también será homenajeado por el club de esa ciudad norteña.

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