222 vendedores o artistas que trabajan en las estaciones del MIO o en sus alrededores atendieron la invitación de Metro Cali a ser parte del plan para el fortalecimiento social y empresarial, que inició el 30 de mayo del año pasado.
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Hoy, cuando ha transcurrido cerca de un año y cuatro meses, estos trabajadores han recibido capacitaciones en finanzas personales, servicio al cliente y manipulación de alimentos, y algunos se han vinculado a rutas de emprendimiento para desarrollar sus ideas lejos del sistema de transporte masivo.
“Entre octubre de 2017 y febrero de 2018 hicimos una caracterización de los vendedores informales del MIO e identificamos a unos 900. Esa lista se fue depurando, pues a algunos no les interesaba el proyecto o no calificaban porque tenían casas, carros y otras propiedades. Quedaron 583 trabajadores, pero tuvimos otros inconvenientes que nos llevaron a hacer un nuevo llamado. Ahí llegaron los 222 que hoy siguen comprometidos”, explicó Lina Trujillo, jefe de Cultura y Gestión Social de Metro Cali.
Los vendedores que hacen parte del programa están identificados con un chaleco azul y un carné que muestra sus datos personales. Además de las capacitaciones que se les ofrecen, Metro Cali ha logrado un trabajo articulado con varias secretarías de la administración municipal para que estos trabajadores accedan a subsidios de vivienda, a servicios de salud o a cupos en la educación.
Con 25 cantantes del MIO se logró una articulación con la Secretaría de Cultura, que les ha brindado procesos de formación en industrias culturales, técnica vocal y composición. Entre todos grabaron una canción que será lanzada en la Feria de Cali. Por su parte, un grupo de 12 artesanos que trabajan en el sistema de transporte recibieron un taller de marca y hoy tienen acceso a otros espacios como el MIO Cable o el Bulevar del Río para vender sus manualidades.
“Este programa me ha parecido excelente. Nos han enseñado que siempre debemos tener las manos limpias, la ropa limpia y todo lo necesario para atender bien. Me parece que tener este chaleco hace que la gente sienta más confianza al comprarnos”, dijo Rosa Muñoz, vendedora de helados y crispetas en las estaciones del sur de Cali.
Las trabas
Aunque algunos trabajadores informales han manifestado interés en dar el paso a la formalidad, este impulso ha tenido ciertas zancadillas: una de ellas, por ejemplo, es que son adultos mayores que cuentan con pocas oportunidades para ingresar al mercado laboral. Otra es que, al final, no les resultan muy atractivas las condiciones que tendrían en un empleo formal.
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“Hubo un vendedor que quería trabajar en Metro Cali como asesor de servicio del MIO, pero resulta que con sus ventas se gana $2 millones mensuales y el salario para el cargo al que aspiraba era menor… Lo mismo pasa con los artistas: en un buen día se pueden ganar hasta $180.000, o sea que al mes reúnen mucho más que el salario mínimo”, añadió Lina Trujillo.
Los prósperos ingresos, sin embargo, no son garantía de una buena vida. En las caracterizaciones de los vendedores informales que ha hecho Metro Cali, con el apoyo de la Universidad Icesi y de la Fundación Carvajal, se ha visto que estas personas se mueven en círculos de informalidad y que prácticas como los préstamos ‘gota a gota’ son recurrentes.
“El trabajo con los vendedores ha sido muy bonito, pero sabemos que detrás de algunos hay mafias de microtráfico, gota a gota y otras cosas que se deben tratar con cuidado. Luego de haberles entregado los chalecos por primera vez, descubrimos que los estaban falsificando… También hay un tema delicado con el alquiler de niños para ejercer la mendicidad, que ha incrementado con la llegada de venezolanos”, dijo la jefe de Cultura y Gestión Social de Metro Cali.
A la espera de la política pública
Si bien el programa piloto con los trabajadores informales del MIO se pensó para que terminara el 30 de mayo de 2019, tuvo que extenderse hasta el 31 de diciembre debido a que Cali todavía no cuenta con la Política pública de regulación y organización de ventas informales en el espacio público, cuya elaboración le fue encargada a la Secretaría de Seguridad y Justicia desde octubre de 2017.
«La idea con los vendedores no era sacarlos del sistema, sino regularlos para que no generaran tanto caos y quejas en los pasajeros. Seguimos a la espera de la política de espacio público para definir los siguientes pasos»: Lina Trujillo, jefe de Cultura y Gestión Social de Metro Cali.
Se espera que al finalizar este año, cuando también termina la administración de Maurice Armitage, la Subsecretaría de Inspección, Vigilancia y Control tenga lista esta política pública, que incluye el censo y la caracterización de los vendedores informales de la ciudad. Sin este lineamiento, Metro Cali no puede establecer rutas definitivas para quienes trabajan en el sistema de transporte de manera informal.
“Se ha logrado el registro de aproximadamente 2500 vendedores, cuyos datos son el insumo principal para formular el documento que se espera entregar en los próximos días al Concejo. Hemos identificado un grupo de elementos propios de los vendedores informales que servirán para establecer pautas de orden y apoyar esta actividad económica, además de lograr una mejor relación entre este grupo, los comerciantes, la fuerza pública, la Alcaldía y el resto de ciudadanos que merecen un acceso al espacio público”, dijo el subsecretario de Inspección, Vigilancia y Control, Darío Daza.
La formulación de la política pública de organización de ventas informales en el espacio público contempla la asignación de unas casetas para ventas, ubicadas en los paraderos y estaciones aledañas a las estaciones del MIO. “Se está verificando el inventario de estos mobiliarios para hacer una convocatoria entre quienes quieran acceder a esta oportunidad”, añadió Daza. A pesar de los inconvenientes y demoras, los trabajadores del MIO que hacen parte del programa de fortalecimiento empresarial y social dicen estar satisfechos.
«Ha sido un programa muy bueno, he ido a todas las capacitaciones y de verdad he aprendido nuevas cosas»: Jhon Salazar, vendedor informal en el MIO.
“Ha sido un programa muy bueno, he ido a todas las capacitaciones y de verdad he aprendido nuevas cosas. Es cierto que algunos vendedores informales causan desorden, por eso les recomiendo a todos los compañeros que se inscriban en este programa cuando haya nueva convocatoria”, dijo Jhon Jairo Salazar, vendedor de productos empacados en la estación Universidades.
- 900 trabajadores informales fueron censados en el MIO entre octubre de 2017 y febrero de 2018.
- 222 trabajadores informales hacen parte del plan para el fortalecimiento social y empresarial.
- $180.000 se pueden ganar los artistas urbanos del MIO en un buen día de trabajo, según Metro Cali.
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