Para prevenir o reglamentar, la condición mínima de cualquier señal de tránsito es estar a la vista de los peatones o conductores a quienes está dirigida. Esto no sucede en Cali, donde muchas de estas se encuentran en estado crítico y se convierten en un estorbo más que en un apoyo.
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Láminas torcidas o saboteadas con pintura, líneas de piso despintadas, módulos informativos cubiertos con propaganda y separadores destrozados son algunas de las constantes en la ciudad. PUBLIMETRO hizo un recorrido y encontró lo que le mostramos en las siguientes imágenes:
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