Una joven estudiante de la Universidad del Valle denunció haber sido víctima de acoso sexual dos veces en los años en los que se encuentra adelantando estudios en la institución. El primero de ellos ocurrió hace tres años, cuando la víctima tenía 20, y asegura que perdió dos materias por no acceder a tener relaciones sexuales con el docente.
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Este bajón en su rendimiento académico y las afectaciones psicológicas la obligaron a cambiarse de carrera, perteneciente a la Escuela de Estudios Literarios. A pesar de que ella lo denunció, el docente abandonó su cargo sin ser investigado y con el apoyo de sus colegas, quienes señalaron a la estudiante de mentirosa.
«Se siguió el debido proceso y se trasladó el caso a la Oficina de Control Interno Disciplinario Docente, para que desde allí y con la colaboración que nos fuere solicitada se juzgaran los hechos y se sancionara o exonerara al profesor. Tal oficina efectivamente realizó la investigación pertinente a lo largo del plazo señalado por la Ley y actuando en derecho exoneró al docente respecto a los hechos de los que se le acusó», dijo la Universidad del Valle en un reciente comunicado.
Como si no fuera suficiente, el segundo acoso sexual lo sufrió ahora, a sus 23 años. Acudió al servicio médico de la universidad por un dolor de cabeza y asegura que el médico tuvo comportamientos extraños. Antes, dice, este mismo médico le había pedido que se quitara la ropa para tocarla, lejos de la práctica rutinaria y respetuosa que se debe tener con los pacientes.
Ante esto, la universidad se ha pronunciado en rechazo a cualquier práctica que involucre violencia de género. «No es de nuestro fuero realizar un proceso de investigación y de juicio contra miembro alguno de nuestra comunidad pero llevaremos cualquier denuncia formulada en los términos institucionales a la instancia necesaria y haremos todo lo que corresponda desde nuestras posibilidades para que los hechos
sean esclarecidos y para que se tomen las medidas pertinentes», puntualizó en el comunicado.