La licitación de más de 1400 nuevos buses de TransMilenio que está en proceso de prepliegos ha sido un tema polémico por múltiples motivos. El combustible, la tipología de los buses y el hecho de cambiar articulados han sido muy polémicos, y a esto le añadió más fuego el propio alcalde Enrique Peñalosa.
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Peñalosa, en medio de las críticas por la licitación, ha tratado de defender la llegada de estos nuevos buses de TransMilenio. Entre sus defensas está que esos vehículos nuevos serán más limpios, ofrecerán mejores condiciones a los pasajeros, y ahora, que habrá más espacio.
Según Peñalosa, se buscará que las carrocerías de estos buses no tengan sillas en filas, como las de los actuales vehículos que operan en TransMilenio, sino a los costados como las de los vagones de un metro.
En efecto, esto aumentaría el espacio para que pudieran entrar más personas de pie, pero la comodidad de estas sillas ha sido puesta en duda. Además, el hecho de habilitar más espacios a cambio de menos asientos cambiaría las capacidades actuales del sistema, de 160 personas por bus articulado y 250 por biarticulado, aunque se desconoce cómo cambiará esto.
En las redes sociales, muchos bogotanos y habitantes de otras ciudades criticaron a Peñalosa.
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