“Yo compré unos vestidos, faldas, un par de zaparos, bufandas y correas para mí; vestidos, sacos y camisetas para las niñas, y pantalones y chaqueta para el niño. Todo me costó $40.000, entre 12 y 15 prendas”, aseguró emocionada una de las habitantes del barrio Bella flor, Ciudad Bolívar, luego de comprar varias ‘pintas’ en la boutique Trueque de Moda.
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En esta tienda, que nació con la ayuda del centro comercial Palatino y la Fundación Laudes Infantis, hay prendas de vestir desde $2000, pero lo más interesante del asunto es que si los habitantes de este barrio al sur de Bogotá no tienen dinero para comprarse un pantalón o un vestido, los puede obtener haciendo trabajo voluntario con la fundación.
Cada dos meses, la Fundación Laudes Infantis identifica a aquellas personas que han mostrado mayor compromiso con los diferentes programas que adelantan en el jardín infantil, la biblioteca y otras actividades comunitarias que se desarrollan en el sector y para motivarlas y felicitarlas por su trabajo reciben un “bono trueque” por un determinado valor para hacer compras en la tienda. De esta forma, las familias adquieren la ropa.
En la boutique Trueque de moda se encuentran prendas en buen estado e incluso de marca y las que no cumplen con las características necesarias para ser adquiridas pasan por un proceso de transformación del que se encarga la propia comunidad gracias a las habilidades de corte y confección que han aprendido.
¿Cómo ayudar a Trueque de moda?
Muy fácil: quienes estén interesados pueden donar la ropa que ya no usen al centro comercial Palatino llevándola al punto verde que se encuentra en el primer sótano del establecimiento. Ellos, junto con la fundación, se encargan de hacer una selección de las prendas y las mejores se van para Trueque de moda. “Queremos formar consumidores responsables que permitan aumentar el ciclo de vida de la ropa, contribuyendo así al medio ambiente, dado que la industria textil es una de las mayores contaminantes del mundo. Así, el donante de ropa entra a formar parte de esta cadena de responsabilidad ambiental”, aseguró María Cristina Vega, gerente de Palatino.