«La banda delincuencial reclutaba menores en Bogotá y las llevaba a zonas turísticas de los municipios de Soacha, en el departamento de Cundinamarca, y a los municipios de Melgar, Carmen de Apicalá y Cunday, en el departamento del Tolima, para inducirlas a la prostitución», indicó el ente investigador en un comunicado.
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De acuerdo con las autoridades, los dueños de los bares y centros nocturnos a donde eran llevadas las menores se quedaban con el dinero proveniente de la esclavitud a la que eran sometidas.
«Las víctimas, en su mayoría menores de 14 años, eran trasladadas los fines de semana de Bogotá a dichos municipios mediante promesas engañosas que nunca se pagaron», indicó Mario Gómez, asesor de despacho del fiscal general de la nación.
Además, las niñas eran inducidas al consumo de sustancias psicotrópicas, agregó Gómez.
Las 13 personas implicadas en este caso fueron imputadas de los delitos de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, trata de personas, explotación laboral y sexual, concierto para delinquir y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
La Fiscalía precisó que las menores quedaron a la disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) del Tolima