Lo que ocurrió con el deprimido de la 94 el domingo es de no creer. Una obra que duró el doble de tiempo, y el doble de plata, para entregarse, no resistió las fuertes lluvias que se presentaron y se inundó.
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Sin embargo, la polémica rodea a la obra porque el operario que debía encargarse de la planta, en donde se encontraban las bombas que sacan el agua, no estaba ya que tuvo que atender la inundación en su casa.
Por supuesto, los ciudadanos no se quedaron callados y recriminaron al Distrito después de tanta celebración que se dio en marzo por su inauguración. El agua sucia, y luego de las declaraciones del IDU asegurando que todo se trato de una falla humana, le cayó al Consorcio AIA CONCAY que tendrá que responsabilizarse de los hechos.
Mantilla se pronunció y aseguró que no ha podido hablar con el operador, “pero se le inundó su casa, salió corriendo y no avisó, cuando nos dimos cuenta se reactivó el protocolo y vino una segunda persona a conectar la planta”.
Lo que único que se sabe es que el operador tuvo que trasladarse hasta el barrio la Alquería, dato que no se ha confirmado, para sacar el agua de su propia casa.
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