La tragedia de Claudia Rodríguez se pudo evitar, tal y como lo consideran sus familiares, amigos e incluso personas alejadas a su mundo, pero que sintieron muy cercano su feminicidio en la noche del lunes en el centro comercial Santa Fe.
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Claudia llegó de Medellín buscando ayuda, con el anhelo de iniciar una nueva vida y dejando atrás el terror al que había sido sometida por Julio Reyes, su asesino. El día de su muerte, Claudia pidió un taxi que fue atendido por Ana*, a quien por cuestiones de seguridad le cambiaron el nombre en La FM, emisora que obtuvo su relato, ella la llevó hasta el centro comercial Santa Fe en donde se enfrentó con su agresor.
«Yo la reservé y por algo no encontré su dirección, ella me escribió diciéndome que por favor la recogiera y cuando llegué estaba con su hija que se despidió diciéndole que la quería mucho», aseguró la mujer en medio del llanto.
Comentó que «ella se subió al taxi y el tipo que la mató se nos atravesó. Cuando llegamos al Santa Fe intenté pegarle, pero no pasó nada y un policía estaba por ahí, le comentamos y él me dijo que tenía que llamar al cuadrante, yo le ofrecí mi celular para llamar, pero nadie la ayudó. Yo bajé del taxi y la acompañé a su trabajo, ella me dijo que tenía miedo, pero no pude ayudarla más».
Ana*, en medio del llanto, contó que se acercó a hablar con la Policía «lo único que no hice fue tomarle una foto a la patrulla que supuestamente la iba a ayudar y no hicieron nada. Nadie la ayudó y nadie hizo nada». La taxista aseguró que buscó ayuda por todos los medios y que Julio Reyes estaba esperándola.
El recorrido
Ana* comentó al principio que le dio un poco de desconfianza cuando vio que Claudia se subió al taxi y se acostó en la silla, «ella me dijo que tenía miedo, que detrás de nosotros venía un carro vinotinto y era el exesposo, que no la dejará coger de él porque le había pegado en Medellín».
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Afligida, la taxista aseguró que hizo todo lo que pudo, pero «no sirvió de nada porque la gente es indiferente. La Policía, la gente, las personas del centro comercial, nadie hizo nada».
Acá puede escuchar el desgarrador relato en La FM
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