Bogotá

“Declarar la alerta roja en Bogotá, implicaría una parálisis de la ciudad”: Secretario de Ambiente

La Secretaría de Ambiente se unirá con la CAR para establecer controles efectivos a las industrias y a las zonas en las que pasan muchos vehículos particulares y transporte público.

alerta roja
Foto: Cortesía Secretaría de Ambiente. alerta roja

Durante una rueda de prensa, el Secretario de Ambiente, Francisco Cruz afirmó que hay tres noticias sobre calidad en el aire en Bogotá. “La primera es que no existen razones para declarar la alerta roja. La segunda es que vamos a desarrollar operativos conjuntos con la Corporación Autónoma Regional (CAR), que es la autoridad ambiental de la parte rural de la ciudad y de Cundinamarca, para intensificar los controles de calidad del aire”.

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Cruz agregó “la tercera es que vamos a seguir con los controles ambientales a las fábricas e industrias que se empeñan en contaminar el aire que respiramos los colombianos. En el 2016, cerramos 14 empresas que contaminaban el aire. Este año clausuramos tres y están en la mira varias que están contaminando ilegalmente”.

Frente al tema de la alerta roja, Cruz enfatizó en que “no se va a declarar porque las mediciones no dan para eso porque estamos por debajo de los índices nacionales y estamos intensificando cada día más los controles como lo vamos a desarrollar conjuntamente con la CAR. Es muy importante que ustedes sepan que estamos dos autoridades ambientales unidas en torno al mejoramiento de la calidad del aire”. Además, en el comunicado, la Secretaría señaló que “esto implicaría una parálisis de la ciudad”.

Igualmente, la Secretaría de Ambiente y la CAR anunciaron que se intensificarán los operativos de control a vehículos de carga, particulares y transporte intermunicipal en puntos estratégicos de la ciudad como las terminales de transporte y las 5 entradas y salidas de la capital (Calle 80, Autopista Norte, Fontibón, Calle 13 y Autopista Sur Soacha).

De acuerdo a la Secretaría de Ambiente, “los contaminantes como las partículas de tamaño inferior a 10 microgramos (PM10), las de tamaño inferior a 2.5 microgramos (PM 2.5) y el ozono troposférico (O3) se han mantenido en las últimas semanas por debajo de los límites permisibles”.

Sin embargo, “en el sur occidente de la capital, las estaciones de monitoreo de Kennedy, Carvajal – Sevillana y Puente Aranda han reportado episodios en los cuales se aumenta transitoriamente las concentraciones de PM10 y PM 2.5, debido al alto flujo vehicular de transporte público y de carga, además de la presencia de industrias”.

La entidad informó que “las partículas se dispersan rápidamente debido a las condiciones geográficas, ya que a diferencia de otras ciudades, Bogotá no se encuentra rodedada totalmente de montañas, lo que permite que el material particulado, emitido tanto por vehículos como por fábricas, circule y no se concentre. Esta condición, evita que agentes contaminantes como PM10 o PM2.5 lleguen a niveles perjudiciales para la salud”.

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Tomar acciones para reducir la mala calidad del aire en Bogotá

De acuerdo al Informe de la Calidad del Aire 2011 – 2015, “hay dos picos de mala calidad de aire. Uno es en el Valle de Aburrá en Medellín y otro es el sector sur occidental de Bogotá en Kennedy en el que hay dos estaciones. Uno es Carvajal – Sevillana, y el otro está ubicado en el parque Cayetano – Cañizares, cerca de la central de Abastos”, como explica Óscar Julián Guerrero, uno de los investigadores.

Guerrero resalta que “las estaciones en Bogotá son automáticas y se destacan frente a otras del país, ya que algunas son manuales. Las de la capital toman datos cada hora”.

El integrante del Combo 2600, Diego Laserna, que realizó el martes 21 de marzo junto a otros compañeros de la organización un acto para denunciar la calidad del aire en Bogotá, está en desacuerdo con el pronunciamiento de la Secretaria de Ambiente. “En la Red de Calidad del Aire se puede observar que hay varios puntos que están por encima del límite que está permitido que para el PM10 es de 50 microgramos por metro cúbico”.

Para Laserna, “no podemos echarnos la bendición para que el viento se lleve el material particulado. Se debe plantear una estrategia para reducir consumo de diesel y para reducir la cantidad de las partículas contaminantes. No podemos confiar en el medio ambiente para ver si estamos o no contaminados”.

El concejal del partido MIRA, Jairo Cardozo, que había planteado que se declarara la alerta roja en Bogotá afirmó que “la Administración Distrital siempre ha insistido en que no hay ningún problema y que todo se encuentra normal. Sin embargo, los niveles de contaminación en Bogotá son preocupantes si se tiene en cuenta que la legislación nacional es mucho más flexible que la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a los límites de material particulado”.

Cardozo explica que “según la OMS, en PM10 el máximo permitido es de 20 microgramos por metro cúbico y en PM2.5 es de 10 microgramos por metro cúbico. En la legislación nacional, el PM10 es de 50 y para el PM2.5 es de 30. De esta forma, nuestras leyes exceden en más de la mitad lo planteado por organizaciones internacionales”.

Por esto, Cardozo señala que “si se tiene en cuenta que la legislación nacional es flexible y a veces se superan estos picos, esto es un indicativo de que la calidad del aire en Bogotá es mala”.

El docente del programa de ingeniería ambiental y sanitaria de la Universidad de la Salle, Gabriel Herrera, afirma que “aunque es cierto que las condiciones geográficas de Bogotá permiten la circulación del material particulado como lo dice la Secretaría, en la Sabana también se presentan condiciones críticas, especialmente en las mañanas. Por ejemplo, cuando una persona va a Monserrate puede ver una capa marrón que se produce porque hay poco movimiento de la masa de aire y no se diluyen los contaminantes. Por esto, las concentraciones aumentan de forma considerable en estas horas”.

Herrera considera que más allá de declarar la alerta roja “todos los actores del problema tenemos que intervenir. Tenemos que cambiar nuestros hábitos”. Para el docente uno de los problemas más graves es que la Secretaría de Ambiente, “no puede hacer auditoría a los centros de revisión técnico mecánica, que son los encargados de autorizar la circulación de vehículos, y el problema de esto es que hay vehículos que son chimeneas ambulantes en la ciudad y uno se pregunta ¿Quién autorizó a este carro a movilizarse?”.

Para el concejal Jairo Cardozo, “es importante que se tomen acciones similares a las que se tomaron en la ciudad de Medellín. Las decisiones que se tomen afectarán a varios actores, pero la salud debe estar encima de lo intereses particulares. Algunas de las propuestas que se pueden aplicar son las restricciones vehiculares en ciertas zonas y un estricto control a las fuentes de contaminación como las explotaciones mineras o las fábricas”.

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