Este viernes terminó la audiencia de judicialización contra el patrullero Víctor Pabón Pabón. El juzgado 26 con función de control de garantías legalizó la captura y le impuso medida de aseguramiento, como informó Francisco Bernate, el abogado de la víctima. La Fiscalía le imputó el delito de homicidio agravado por estado de indefensión y ordenó enviarlo a la cárcel La Picota de Bogotá. Sin embargo, Pabón no aceptó los cargos.
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La Fiscalía General de la Nación tendría un video en el que se muestra que el disparo que realizó el policía al joven fue por la espalda y voluntariamente. Por esta razón, el patrullero fue capturado en la Clínica la Inmaculada.
De acuerdo al CTI, los hechos se presentaron cuando el patrullero persiguió al joven por la Autopista Norte, la atravesaron y fue por lo menos, tres calles abajo donde logró interceptarlo. Al parecer el joven tendría las manos en alto y estaba indefenso. El policía le disparó por la espalda y en la cabeza. Luego, Pabón huyó en una motocicleta. Por la confusión, los miembros de la familia salieron corriendo.
Francisco Bernate señaló que este es un claro ejemplo de violencia policial porque “disparó a quemarropa contra una persona que no estaba armada ni robando”. Otro caso de abuso es el del grafitero Diego Felipe Becerra, quien murió en agosto de 2011 porque recibió un disparo del patrullero Wilmer Antonio Alarcón.
Bernate considera que el abuso policial se presenta porque “hay una falla en los procesos de selección y no escogen bien a las personas que entran a la Policía. Es necesario que haya un mejor filtro”.
Frente a este punto, coinciden el abogado y el representante a la cámara por el partido Alianza Verde, Inti Asprilla, quien ha realizado varias denuncias sobre el abuso policial en Bogotá. Asprilla considera que “si el Policía tenía una enfermedad mental por la que fue ingresado a la Clínica La Inmaculada, debió haber sido examinado previamente cuando entró a la entidad, no cuando cometió el delito del joven”.
Asprilla afirma que “en la ciudad se presentan muchos casos de este tipo contra los vendedores ambulantes, que en su mayoría son mujeres y mayores de edad, debido a las nuevas disposiciones del Nuevo Código de Policía, que fue diseñado para impedir que no realicen su trabajo”.
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Igualmente, frente a los colados, Asprilla señala que “este es un fenómeno que ocurre en todas las partes del mundo, no solo en Bogotá. Es una contravención no un delito. La gente se cola por el mal servicio del transporte y por la falta de cultura ciudadana. Pero es desmedido cometer un asesinato contra un joven por colarse en Transmilenio”.
Además, para Asprilla hay un problema en el discurso del Alcalde Enrique Peñalosa porque “es una visión higienista y de orden que ve de forma negativa a los colados, los vendedores ambulantes y los grafiteros. Por esto, los policías se sienten con el poder de agredirlos”.
Igualmente, el representante agrega que con el Escuadrón Móvil Antidisturibios (ESMAD) “no se siguen los protocolos, es decir, enviarlos debería ser la última opción. Pero ahora es muy común que frente a cualquier manifestación se mande a los patrulleros de una vez, sin antes haber realizado acciones con los gestores de convivencia o con otros actores que pueden intervenir”.
Bernate no entiende las razones por las que el patrullero no aceptó los cargos. “Es muy raro porque hay unas pruebas muy contundentes como el video proporcionado por la Fiscalía”.