Mal diseñado
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El Sistema Integrado de Transporte Público estuvo mal diseñado, estuvo sobre dimensionado y se hizo a la medida de los transportadores, no de los ciudadanos.
Hueco financiero
El Sitp tiene un problema financiero estructural que no solo es el resultado de cómo quedaron armados los contratos, sino de la decisión del alcalde Petro de los subsidios de la hora valle que abrieron un boquete en las finanzas del sistema y de TransMilenio, lo que llevó a que hoy se esté invirtiendo por los menos unos 700.000 u 800.000 millones de pesos al año en un sistema que no funciona.
Fallas en las rutas
Las rutas no van ni desde donde la gente las necesita, ni para donde la gente las necesita y eso obviamente se agrava con las rutas que conectan con el TransMilenio y con el transporte tradicional que funciona disfrazado de provisional.
Problemas con la pedagogía
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Hay un problema constante con la venta de tarjetas, con los puntos de recarga y en la pedagogía que se hizo para que la gente aprendiera a usar el sistema.
¿Inversión perdida?
Para la administración pasada y para esta el sistema integrado es un verdadero problema para el cual no tienen respuesta. Tampoco se ve la intención o voluntad de intervenir de fondo el Sistema Integrado de Transporte Público y eso pasa por la renegociación de los contratos.
Aunque Peñalosa no puso en marcha el sistema, debería como alcalde tener a su equipo trabajando en el tema porque la ciudad ha invertido millones de dólares en un sistema que no funciona y es irresponsable decir que el sistema debe acabarse para reemplazarlo por troncales de TransMilenio.
PUB/LP