Es el pan de cada día. Salas de urgencias que no dan abasto, demoras en la entrega de medicamentos y hasta casos de negligencia médica que terminan siendo fatales.
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El concejal Antonio Sanguino de la Alianza Verde denunció que aunque se aprobó en el cabildo la reforma al sistema de salud bogotano el pasado mes de abril, “ la salud de los bogotanos continúa en un grave riesgo, debido a la falta de insumos médicos que han llevado a algunas instituciones a declararse en emergencia funcional. Lo que podría conllevar a una emergencia sanitaria por congestión en los servicios de urgencias”.
Sanguino tiene en sus manos correos electrónicos y documentos en los que algunos médicos advierten que no hay insumos médicos y quirúrgicos suficientes, por lo que algunos jefes de turno han decidido declarar emergencia funcional.
Por otro lado, “también han solicitado al Centro Regulador de Urgencias que no se realicen traslados al Hospital, pues no hay como atender los pacientes de manera adecuada y salvar sus vidas”.
Acerca de la reforma
Sanguino recordó que “la reforma al sistema de salud del Distrito que aprobó el Concejo durante el primer semestre de este año, pretendía acabar con situaciones como esta, y fortalecer la compra de medicamentos e insumos médicos, para lo cual se dio vía libre a una unidad logística”.
Por otro lado, el cabildante Manuel José Sarmiento del Polo Democrático, realizó una visita al Hospital San Blas, donde la reforma de salud de la actual administración ha ocasionado una grave crisis.
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Sarmiento afirma que los médicos se encuentran inconformes ya que se cerraron servicios en el hospital para especializar en salud mental, ya que esto aumentaría las barreras de acceso para la población.
Sin embargo, el cabildante señala que servicios como el de gastroenterología, pues el Distrito prescindió de especialistas y no se han contratado los reemplazos, lo que ocasiona disminución de las horas asistenciales a los especialistas de diferentes especialidades.
Casos críticos
El cabildante Sanguino conoció el caso de Félix Pinzón, un adulto mayor de 85 años de edad, afiliado a la EPS Capital. Según el diagnóstico del Hospital de Kennedy, presentaba un aneurisma de aorta, rota con abdomen agudo.
Aunque el médico tratante intentó hacer todo lo que estuvo a su alcance, no había injertos para corregir la ruptura de la aorta, lo que le causó la muerte al paciente.
En el Hospital de San Blas, por su parte, la historia no es diferente. La falta de insumos básicos como esparadrapo y antibióticos han hecho que los trabajadores y hasta los mismos pacientes tengan que comprarlos.
Estos son solo algunos de los críticos casos que se presentan en la ciudad, donde los hospitales públicos reciben a sus pacientes hasta en el piso o, en el peor de los casos, no los atienden.
“No puede ser que el Concejo de la ciudad haya aprobado una reforma al sistema de salud de Bogotá que pretendía robustecer el régimen subsidiado y acabar con el paseo de la muerte, basado en las promesas del Secretario de Salud Luis Gonzalo Morales, de que estos casos no iban a volver a ocurrir, que las urgencias iban a ser mejor atendidas y que los insumos médicos no escasearían, pero las evidencias muestran otra cosa y las muertes debido a su mala gestión continúan”, sentenció Sanguino.
¿Qué hace el Distrito?
La semana pasada el secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, anunció que el próximo mes de agosto se reorganizarán los 22 hospitales de la red pública del Distrito.
“El tema va bien. El acuerdo lo sancionó el alcalde a mediados de abril, llevamos unos tres meses y esperamos que para el primero de agosto ya salgan oficialmente las cuatro redes con plantas unificadas, presupuestos y tesorerías”, aseguró el funcionario.
Agregó que el cronograma se está cumpliendo, lo que permitirá una rápida mejora en los servicios. “Ya hay unidades de urgencias menos congestionadas como la de Kennedy”, dijo.