El término ‘cachaco’ comenzó a ser usado sobre la década de los años 30 del siglo XIX, pero se arraigó en el imaginario de los bogotanos a comienzos del XX. Este término se refiere a las personas nacidas en Bogotá y se cree que su origen viene de la palabra ‘casaca’ que es una chaqueta parecida al frac que usaban los nobles, por eso se les llamaba así a la gente elegante y culta que habitaba la sabana de Bogotá y que vestían esta prenda con frecuencia.
Este particular personaje al que identificaban en antaño como ‘cachaco’ era muy conocido por ser amante de la buena gastronomía bogotana y ser muy religioso, tanto que era toda una tradición subir al menos una vez al mes a Monserrate.
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Pese al paso de los años, muchos de estos planes que hacían los ‘cachacos’ auténticos, hoy sobreviven y los bogotanos del siglo XXI los disfrutan completamente. Esta es una selección de esos planes.
Desayuno de tamal con chocolate es obligado
El típico tamal que come un buen ‘cachaco’ está elaborado a base de una masa de maíz mezclada con carne, pollo, longaniza, costilla de cerdo, garbanzos, cebolla larga, ajo, sal y condimentos. Siempre debe estar envuelto en hojas de plátano, se amarra con cabuya y se cocina al vapor. En Bogotá suele acompañarse con una taza de chocolate caliente, ojalá con un buen trozo de queso campesino.
La visita a Monserrate no se puede dejar pasar
Visitar al señor caído de Monserrate era uno de los planes familiares de los ‘cachacos’ de antaño y esa tradición sobrevive hoy en día. Se puede ascender a lo más alto del cerro insignia de Bogotá a pie, en funicular o en teleférico. Allí, además de la iglesia de Monserrate, los visitantes pueden encontrar una buena muestra de la gastronomía bogotana en el Restaurante Santa Clara o conocer la casona colonial de San Isidro. También se puede deleitar con el majestuoso panorama de Bogotá que se observa desde el mirador del cerro.
Un buen cachaco disfruta del ‘Septimazo’
Desde la década de los 40, los bogotanos se acostumbraron a salir a disfrutar del septimazo. Todos los viernes la carrera séptima se transformaba de una simple calle vehicular a un centro en el que el arte y la diversión invadían cada centímetro de la concurrida avenida. Hoy, gracias a la peatonalización de ese importante sector, los bogotanos pueden disfrutar de un recorrido placentero todos los días. ‘Cachaco’ que se respete salía “a dar una vuelta con la novia” en el ‘septimazo’.
Hay que ir a comer en el restaurante de Doña Segunda
Los ‘cachacos’ siempre se reconocieron por su buen comer y es por eso que hay que dejarse seducir por las delicias del popular restaurante de Doña Segunda en el barrio Doce de Octubre. Carne bien asada, la papa criolla cocida, el buche y los demás componentes del tradicional piquete santafereño hacen parte de los manjares culinarios que un típico ‘cachaco’ puede encontrar.
El paseo en ciclovía los domingos
Desde 1974, los bogotanos la ciclovía le proporciona a los bogotanos un espacio para la recreación y el deporte. En ella los bogotanos pueden recorrer con libertad los más de 121 kilómetros habilitados por el distrito cada domingo y festivo. Es un plan que los ‘cachacos’ siempre prefieren.
Visitar el parque de los novios
Uno de los parques más bonitos y románticos de la ciudad es el parque de los novios ubicado en la calle 63 con carrera 36a, muy cerca al complejo acuático. El lugar es tranquilo y no tiene muchas distracciones, lo que propicia poder iniciar una conversación. Este es un plan económico en el que se puede realizar un picnic al frente del lago o simplemente sentarse en una de las bancas a conversar.
Un buen café en el centro de Bogotá
Tomar un café es una de las opciones que tiene los ‘cachacos’ del siglo XXI para una buena conversación. En Bogotá, sobre todo en el centro histórico, existen varios establecimientos que brindan excelentes espacios para departir una buena taza de café.
Una visita a la naturaleza
Los ‘cachacos’ de antaño siempre acostumbraban a visitar los alrededores de la ciudad en el popular paseo de olla. Uno de los puntos más frecuentados era la ribera del río Bogotá, lastimosamente hoy ese tipo de planes son imposibles debido a la contaminación del afluente capitalino. Es por eso que mucho bogotanos toman como opción visitar el parque La Florida, que queda muy cerca a Bogotá y cuenta con excelentes paisajes para el disfrute de chicos y grandes.
La visita al ‘Divino Niño’
Visitar la iglesia del barrio 20 de julio ha sido por años un sitio de peregrinación de los bogotanos. En este monumento religioso está la figura del Divino Niño que es muy popular entre los capitalinos y a quien se le atribuyen gran cantidad de milagros. Un ‘cachaco’ que se respete debe visitar este sitio.
Caminata por el Parque Nacional
Los bogotanos de antaño acostumbraban a caminar mucho y el Parque Nacional ofrecía un sitio tranquilo y rodeado de mucha naturaleza para meditar o departir un momento en familia o con esa persona especial. Hoy en día sigue siendo un punto de encuentro para muchos de los ‘cachacos’ del siglo XXI.