Bogotá

10 placeres culposos para vivir en Bogotá

Comer pelanga, ir a un motel o escuchar plancha en un bar gay, son los planes que se disfrutan en “secreto”.

Acá no hablamos de subir a pie Monserrate o ir a rumbear en el centro de la ciudad. Pensamos en esos planes que usted ha hecho, o quiere hacer, y no es capaz de aceptar.

Le preguntamos a nuestros lectores en redes sociales y ellos coincidieron en que estos son diez placeres que tienen, que por lo menos una vez al mes realizan y se dan un gusto en silencio.

Comer lechona en San Andresito

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Visita obligada a San Andresito viene con lechona incluida en el almuerzo. Y es que allá venden el mejor plato que se puede probar en la ciudad, o bueno, eso depende del paladar, pero que está entre los mejores eso sí es un hecho.

Tomar caldo en Corabastos a las 3AM

La única forma para tomar caldo en Corabastos a esa hora es porque tiene que pasar el guayabo después de una tremenda rumba.

Palacio del colesterol

Rellena, chorizo, chunchullo, todo lo encuentra en el Palacio del colesterol. Allá usted se sirve su propia porción, lo que el cuerpo y la mente aguanten… ¿sin culpa?.

Escuchar plancha en Tribar

Tribar es uno de los bares gays más populares de Bogotá. Goza de buena reputación entre la comunidad y muchos heterosexuales disfrutan de la rumba que ofrece el lugar. Sin embargo, el plan culposo es escuchar plancha rodeado de un buen ambiente y en donde nadie lo conoce.   

Salsa en El Titicó

En Chapinero está el bar perfecto para los amantes de la salsa vieja, la de Celia y la Fania All Stars: El Titicó. Aunque queda en un lugar clandestino, el placer culposo del fin de semana es “pegarse” una rumba hasta que los pies le duelan.

La Piscina

Mucho se habla de este lugar, qué cómo será el ambiente, cuánto cobra una chica… en fin. Más de uno sabe qué es y en dónde queda la Piscina, pero pocos se atreven a decir que la han visitado.

“Motelear”

El placer más culposo de la mayoría de los bogotanos. No importa el que escoja, nadie acepta que ha ido a un motel. Dicen que los mejores están las flores y uno que otro en Chapinero.

Pelanga en el local de Doña Segunda

Pocos lo aceptan, pero varios han ido a hacer fila para probar la pelanga de Doña Segunda. Por supuesto, allá también puede comerse la mejor rellena de la ciudad o una buena picada con todo incluido.

Leerse las cartas

Carteles de neón que inundan las calles bogotanas en la noche ofreciendo servicios para atraer el amor o leer el futuro, son muy populares y un placer culposo que pocos aceptan porque el destino se cumple.

Chicha en el chorro

Puede ser el placer menos culposo de todos, sobre todo cuando se está en la universidad, pero si es un adulto contemporáneo y aún lo hace debería entrar en la lista.

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