Bogotá

Haga estos planes en Bogotá y siéntase extranjero

Si en este receso de Semana Santa no va a salir de Bogotá, no se afane, la ciudad ofrece múltiples rincones que pensamos usted no ha explorado. Este es el caso de las plazas de mercado, donde se encierra la tradición gastronómica y cultural de Colombia.

Y es que para los viajeros del mundo siempre es obligatorio hacer una parada en los mercados locales o como los llamamos aquí, las plazas de mercado, ya que estas son el abrebocas de los productos tradicionales que se consumen a diario por los habitantes de la ciudad que se visita.

Por ejemplo, una de las ciudades líderes en el tema es Barcelona donde La Boqueria, el mercado más conocido, recibe a diario 3.000 visitantes. No por azar, ya que “desde 1993 el Ayuntamiento de la ciudad, a través del Instituto Municipal de Mercados, ha impulsado políticas de modernización para adecuar estos espacios y que no pierdan su viabilidad comercial”, según explica Elena Castells en el libro Barcelona 100.

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No es coincidencia entonces, que el Instituto Distrital de Turismo (IDT), en coordinación con el Instituto Para la Economía Social (IPES) y la Fundación Escuela Taller de Bogotá, estén trabajando desde 2013 para revitalizar las plazas de mercado y hoy ya son tres las recuperadas, Veinte de julio, Perseverancia y Doce de octubre.

Esta idea surgió para consolidar el turismo gastronómico de la ciudad y conservar las plazas por ser un patrimonio inmaterial, pero también aporta una nueva valoración de estos establecimientos y sus comerciantes –muchos de los cuales son campesinos- que por varios años se vieron con indiferencia en Bogotá.   

“Buscamos fortalecer nuestras plazas como escenarios patrimoniales de la ciudad, pues a través de sus restaurantes, mercados campesinos y puestos de venta, se puede conocer la cultura de todas las regiones, representada en su diversidad” afirmó Camilo Gómez Castro, director del IPES.

John Alexander Ramos, ha sido la cabeza del IDT en este proyecto llamado, Vamos a la Plaza de Mercado y comenta que al comienzo los comerciantes de las plazas veían con recelo a los turistas, pero ahora los tratan como a todos sus clientes pues entendieron la importancia de estos.  

Las tres plazas de mercado que se han recuperado fueron escogidas tanto por el valor simbólico que representan, como por estar ubicadas cerca a grandes atractivos turísticos, lo que “contribuye a que sean más fáciles de consolidar”, explica la directora del IDT, Tatiana Piñeros.

A continuación, le mostramos tres planes para que tenga excusas para salir de la casa y de paso, visite tres plazas de mercado con sus respectivos alrededores. Afine sus sentidos y sea muy curioso.     

Plaza Distrital Veinte de julio –Carrera 6 # 24 – 60 SUR-

Situada al suroriente de la ciudad en el barrio que lleva su mismo nombre, esta plaza tiene una singular área de mercado campesino que funciona los fines de semana, donde diferentes cultivadores comercializan alrededor de 168 productos traídos de áreas rurales de municipios del suroriente de Cundinamarca, Boyacá y Santander.

Un sector especializado en jugos, gran venta de cárnicos, hierbas y productos esotéricos no pasarán desapercibidos a su visita.

Después de recorrer los puestos de la plaza y comprar, usted puede salir de ella, caminar dos calles y visitar el Santuario del Divino Niño del 20 de julio. “Creado en 1935, este es uno de los más importantes centros de peregrinación de Bogotá, concurrido por locales y extranjeros ya que los fieles le atribuyen diferentes milagros”, explica Nancy Guarnizo guía turística de Bogotá.  

Dato curioso: atrévase a probar el popular jugo de Berraquillo, preparado con cangrejo, borojó, leche, vino, brandy, cola granulada y huevos de codorniz. Dicen que aporta gran cantidad de vitaminas, y depende del propósito con que se pida puede incluir Vitacerebrina o un potenciador sexual.   

Plaza de la Perseverancia -Carrera 5 # 30A – 30-

Su principal atractivo son los platos tradicionales a los que acuden tanto extranjeros como estudiantes y trabajadores de toda gama que comparten mesa a la hora de comer, ya sea en el almuerzo o desayuno. Desde huesos de marrano hasta pescados del pacífico se usted puede conseguir en esta plaza que tiene 14 cocinas.

La directora del IDT, Tatiana Piñeros, dice que se hizo un proceso de acompañamiento, donde se mejoraron condiciones de limpieza y la convivencia entre cocineras. Además, se implementaron letreros para diferenciar los restaurantes. “El siguiente paso es que ellas aprendan inglés de supervivencia para que se sientan capaces de atender, sin miedo, a un comensal extranjero igual que lo hacen con los locales”, manifestó Piñeros.

La Perseverancia ubicado en el oriente de Bogotá, fue su primer barrio obrero. Por lo que hoy, aún es muy fuerte la tradición de tomar Chicha, esa bebida ancestral a base de maíz. Al estar allí aproveche para visitar el Museo Nacional, recorrer el Centro Internacional y por qué no, subir la torre Colpatria, el mirador está disponible de viernes a domingo y los festivos.

Plaza Doce de Octubre – Calle 72 # 51-62-

Antes conocida como “La Plaza del Norte”, por estar ubicada en la calle 72 cerca de la carrera 30, este recinto atrae no solo comensales y compradores de la oferta de hortalizas y frutas, sino también alberga actividades de carácter cultural y recreativo.

En la plaza, donde varios comerciantes son campesinos, los productos son muy frescos, se encuentran frutas y verduras, pero además puestos especializados en especias y condimentos, esos que le dan tanto sabor a las comidas. Aquí se piensa en el ritmo de vida de hoy, por lo que pueden encontrarse los productos empacados por porciones, listos para llevar, dándole una mayor comodidad del comprador.

Cuando asista al Doce de Octubre tendrá que romper su dieta por completo, pues allí se encuentra “Doña Segunda”, una de las fritanguerías más famosas y visitadas de la ciudad, es tal su reconocimiento que se considera patrimonio gastronómico de la ciudad. Se destaca por su sabor, cumplimiento de normas de salubridad y buen servicio. Así que alístese para comer morcilla, chorizo, papá criolla, gallina, chunchullo y más. Los precios van desde 3 mil hasta 8 mil pesos.

Para Guarnizo, la guía turística muy conocedora de las plazas de mercado y todos sus secretos, “algo muy interesante son las historias de vida de cada comerciante”, así que no dude interactuar con ellos, preguntar y verá que se sentirá como un extranjero en esta Semana Santa. Saldrá de su rutina y conocerá sitios incomparables.  

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