Ciudadanos piden cambiar basurero por parque metropolitano

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Acostumbrarse a olores insoportables, sobretodo al despertar, aguantarse un alto número de zancudos y también de incendios periódicos en un lote próximo a sus casas. Así como sufrir seguido de enfermedades respiratorias, alergias e infecciones, son los problemas con los que tienen que lidiar día a día cerca de 800 familias que viven alrededor de un lote donde la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) bota los lodos de las basuras.

Sus molestias no son nuevas, pero la movilización ciudadana en contra del vertedero de lodos a cielo abierto y sin ningún tratamiento, sí lo fue los pasados 27 y 28 de febrero, cuando decidieron hacerse escuchar y acampar por 24 horas frente al lote Gibraltar, que limita con las localidades de Kennedy y Bosa.

Tal como lo reseña un informe de la EAAB, «el predio Gibraltar se ubica al sur de la ciudad en la localidad de Bosa, ocupa un área de 57 hectáreas» y para el 2008 ya se tenía previsto que este botadero de basura se cerrara, para comenzar la construcción de un parque a escala Metropolitana. 

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En ese mismo sentido, según Eduardo Palacios, uno de los líderes de la movilización, desde hace más de 10 años que compraron sus casas en la urbanización Las Margaritas de la localidad de Kennedy, les hicieron la promesa de crear un Parque Metropolitano en el predio. «Nos vinimos a vivir aquí con mucho esfuerzo y con la esperanza de que construyeran el pulmón del sur«, comenta Palacios. 

Pero ese sueño cada vez está más lejos ya que las entidades encargadas del tema, la EAAB y el IDRD -Instituto Distrital de Recreación y Deporte-, no ven entre sus prioridades la creación del Parque. 

Por su parte, el IDRD contestó a Miguel Gaviria, por medio de una carta, que el predio es propiedad de la EAAB y para esta entidad no son factibles las obras propuestas  «debido a que se requiere la estabilización biológica y geotecnica del relleno sanitario mediante un proceso de extracción de gases y lixiviados para evitar explosiones o incendios. Cualquier obra que se adelante antes de este proceso llevará a la deformación y estará sometida a deformaciones excesivas y por lo tanto no se puede garantizar la estabilidad de estructuras que se cimienten sobre estos materiales«.

Sin embargo, para Eduardo es importante seguir luchando para que dejen de depositar lodos, llantas y hasta colchones en la propiedad y así disminuyan los gases tóxicos que afectan la salud de los habitantes.

Pero la comunidad no es la única que dice eso, según un estudio de la Universidad Distrital, «se presenta contaminación del aire por emisión de gases y olores; la descomposición de los residuos sólidos genera la emisión de gases».

Carolina es una gestora ambiental de 23 años que considera importante resaltar esta problemática social, no solo por la omisión de entidades como la Alcaldía Local o la Secretaria de Ambiente, sino sobre todo por la poca concienciación que tienen muchos vecinos suyos que piensan que «es mejor no actuar, porque no se va a lograr nada». 

Por eso, ella, Eduardo, Miguel y otros vecinos conformaron un colectivo para agotar todas las vías posibles, antes de tener que acudir a las legales. Por eso crearon la mesa de concertación para hablar con las entidades implicadas. La misma que estuvo presente durante la protesta, donde solo se presentó el Hospital del Sur. También se reúnen todos los martes a las 7 de la noche, en el salón comunal del conjunto Margaritas 5.

Los planes en los que están trabajando son dos, recoger más de 14 mil firmas de las personas directamente afectadas por la descomposición de los residuos, para crear una acción de grupo. Y después, hacer una acción popular donde involucren a un número representativo de habitantes de Bogotá, porque el medio ambiente sano es un derecho colectivo. 

Además el colectivo ha estado contactando organizaciones ambientales tanto nacionales como internacionales para que su lucha pueda ser llevada a un contexto mucho más grande.

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