Bogotá

Elecciones con voto obligatorio costarían 1 billón 300 mil millones de pesos

La semana que termina cierra con un nuevo debate en la vida política nacional, esta vez por cuenta de la posibilidad que se abre paso para que el voto pase de ser un derecho a una obligación.

Aunque es prematuro afirmar que esté cocinado el tema, pues sólo lleva uno de ocho debates en el Congreso de la República, lo cierto es que la eventual firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc ha hecho que se despierten muchas suspicacias al respecto en el sentido de que se estaría buscando un amplio respaldo en las urnas.

Al margen de esto y del ambiente en favor o en contra, las dudas son muchas por lo que COLPRENSA quiso conocer la opinión de las autoridades electorales acerca de la conveniencia o no de esta medida. De ello habla Alfonso Portela, registrador Delegado en lo Electoral, quien se refiere a los aspectos que deben tenerse en cuenta en caso de que esta propuesta vea la luz en el legislativo.

Una conclusión a mano alzada permite pensar que la respuesta final en este caso la tendrán el Ministerio de Hacienda pues en el fondo el tema es de presupuesto y, claro, la Corte Constitucional donde el estudio seguro se hará con lupa.

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– Negativo o positivo. ¿Es viable hacer del voto más que un derecho, una obligación?

Esta medida no es ni buena ni mala. Aunque nuestra democracia está fundada en la libre expresión de los ciudadanos, y todo está construido sobre la libre decisión de las personas de participar o no en una contienda electoral. Esto lo que va a motivar es un cambio completo de criterio donde se pasa de un voto libre y espontáneo a una cambio que obliga a una serie de cambios en muchos esquemas.

– ¿Podría empezar a ganar espacios el voto en blanco, como protesta y afectar las diferentes elecciones para que se repitan una y otra vez?

Esto es completamente viable, el análisis de varias elecciones ha permitido demostrar que la gente vota de manera nula concientemente. Esto último será seguramente una forma de expresión en elecciones donde el voto sea obligatorio. Hay que tener en cuenta que en nuestro país el voto en blanco ha tenido un peso importante, al punto de que en 2011 esta expresión llegó a invalidar la elección de un alcalde en Bello (Antioquia).

La verdad no creo que se le vaya a quitar peso al voto en blanco, sino que se van a incrementar los valores. En todo caso ese es el riesgo que se corre.

– ¿Por qué cree se dan los altos índices de abstencionismo?

Hay muchos factores como el desinterés, la falta de opciones para los ciudadanos, la falta de credibilidad y también el hecho de que hay muchas personas que viven en otros lugares y que están habilitadas en el censo electoral nacional, por ello no participan.

– ¿Han fracasado los incentivos propuestos para motivar a los votantes?

Los incentivos han debido actualizarse y mejorarse para que la ciudadanía participe. Lo cierto es que en muchos casos la gente va a las urnas sólo para obtener el Certificado Electoral y validar los beneficios. Lo que también se podría pensar es que se mantenga la libre voluntad tal como está hoy, y establecer nuevos beneficios para que la gente se motive y participe.

Aunque es bueno tener presente que de acuerdo al tipo elección el abstencionismo es diferente. Hay elecciones locales en las que la participación llega hasta el 70 por ciento.

– ¿En caso de hacerse real el voto obligatorio a que escenario nos enfrentamos?

La preocupación está centrada en la reglamentación. El voto obligatorio con el actual esquema hace que todo se multiplique, por lo menos, en el doble. En este eventual nuevo escenario pasaríamos de 120 mil mesas de votación a 240 mil; de 850 mil jurados a 1’700.000; y deberíamos acceder a nuevos espacios, a colegios y una serie de recursos que se hacen necesarios para atender a la población.

– ¿Cuánto cuestan unas elecciones como las que estamos acostumbrados a hacer, y cuánto unas en las que todos los colombianos aptos para votar participen?

Se duplicarían los costos. Actualmente hablamos de un presupuesto de 700 mil millones de pesos. En un escenario de voto obligatorio pasaríamos a un billón 300 mil millones de pesos.

– ¿Esto implicaría medidas como ampliar la jornada de votación, o llevarla a varios días como sucede en otros países?

En este caso, y lo hemos sugerido desde siempre, se debe ampliar el horario para la votación. También se puede pensar en un voto remoto, lo que permitiría descongestionar las mesas electorales. No se puede descartar la opción de ampliar el tiempo de votación para que se haga en varios días. De este último caso ya tuvimos un primer experimento con las votaciones en el exterior, fue un buen comienzo pero hay que afianzarlo y dotarlo de las herramientas necesarias.

– ¿Qué tan preparados estamos para este tipo de medidas?

Con el actual esquema no podemos atender el voto obligatorio, aunque la experiencia que hemos logrado nos permite adaptar lo que tenemos a un esquema de voto obligatorio. No es difícil.

– ¿Esto aplazaría más la posibilidad de tener voto electrónico en el país?

No. Creo que por el contrario se acelera la necesidad del voto electrónico.

– ¿Esta medida está diseñándose para respaldar de manera mayoritaria un eventual acuerdo (referendo) entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc?

Yo no creo. Pienso que esta es una opción generalizada, y no tiene que ver específicamente con los mecanismos de participación, pues si solo fuera así, con una ley estatutaria se quita el umbral y asunto concluido. Creo que esto tiene mucho más alcance. Lo que se pretende es ampliar la participación de la ciudadanía y bajar los índices de abstencionismo.

– ¿Cómo encaja esta eventualidad con medidas como eliminar el voto preferente, y bajar el umbral como lo han reclamado algunos partidos?

En un escenario de voto obligatorio eliminar el voto preferente sería una opción muy importante pues el ciudadano va a gastar mucho menos tiempo y eso facilita la transmisión y la contabilidad, etc. El voto preferente se trasladaría a las consultas de los partidos, y eso podría convertir ese caso en las antiguas primarias.

– ¿De aprobarse el voto obligatorio, cuánto tiempo podría tomarse la Registraduría para decir que está preparada, y dar buenos resultados como los que se han dado en las recientes elecciones?

Ese análisis ya debería empezarse a hacer para poder tener la logística a tiempo. Decir una fecha específica no es apropiado, pero para mayor tranquilidad frente a esta ejecución, debería pensarse que la obligatoriedad del voto aplique pero para las elecciones de 2018.

– Entonces, el camino debería ser para las próximas elecciones a Presidente (2018)

Sería lo ideal…

– Se ha hablado de un referendo para validar un posible acuerdo con la guerrilla, y se cree que sería a mediados o finales de 2015. Por su respuesta, ¿se descarta el voto obligatorio para esa jornada?

En este caso no sería tan pesimista, pues con un artículo transitorio se podría establecer que se aplica el voto obligatorio, o se levanta el umbral. Hoy, para que un referendo sea válido, se requiere de la cuarta parte de la población electoral que participa, ese es el primer escollo que debe pasarse.

– ¿Entonces la salida sería bajar ese umbral de la cuarta parte?

Eso, o dejar la mayoría simple, para que el referendo pase sólo con lo que diga la mayoría y ya.

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