Bogotá

Ricardo Bonilla: urge endeudarse

El secretario de Hacienda lucha con su horario para seguir haciendo lo que le apasiona: dar clases en la universidad. Habló sobre el cupo de endeudamiento y los planes que tiene el Distrito para utilizar 4,3 billones de pesos.

El secretario de Hacienda de Bogotá, Ricardo Bonilla, ha estado con Gustavo Petro desde que llegó a la Alcaldía. Es un hombre pausado, que entiende que maneja una de las carteras más importantes de la ciudad y por eso le pone toda la paciencia y le dedica todo el tiempo del mundo. Le explicó a PUBLIMETRO por qué quiere endeudar a la ciudad.

La gente se pregunta si Bogotá tiene para pagar la deuda que usted propone con el cupo de endeudamiento…

Bogotá tiene unas calificaciones muy importantes a nivel nacional e internacional por parte de las calificadoras más reconocidas del mundo. Todas señalan que tiene la capacidad y la solvencia administrativa y financiera para poder emprender retos financieros.

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¿En este momento estamos muy endeudados?

Bogotá no se endeuda hace más de 10 años. Y el retraso de Bogotá se debe a esa política conservadora de no querer endeudarla. Bajo el argumento de que no tenemos por qué endeudar la ciudad entonces no hacemos las obras. Creo que es hora de romper ese mito. La última vez que nos endeudamos fue en 2002.

¿Para qué se hizo?

Cuando Bogotá llegó a los niveles más altos de endeudamiento fue cuando hizo las primeras obras importantes de TransMilenio y desarrolló políticas de espacio público. (Enrique) Peñalosa sí supo cómo era que se hacían las obras: no se pueden hacer con los recursos del día a día de la ciudad, sino que hay que hacerlas proyectando el futuro.

¿De eso debemos algo?

Esa deuda ya se pagó toda. Ya estamos en los niveles más bajos. Hoy tenemos una deuda que equivale a un billón y medio de pesos, que es apenas el 1% del PIB de la ciudad.

¿Realmente hay tanta urgencia con las obras?

En muchas hay 10 años o siete años de retraso. Si las podemos hacer significa que Bogotá va a pegar un salto en materia de infraestructura. Cuando lo haga aparecerán nuevas actividades económicas, nuevos negocios y esos generan mayores ingresos. Pero si no pegamos ese salto vamos a seguir hacia el estancamiento. Este es el momento oportuno para hacer ese salto.

¿Cuánto podemos endeudarnos?

Las calificaciones internacionales nos dicen que tenemos más allá del 80% de la capacidad disponible.

¿Y la deuda cómo se va a pagar?

Es como cuando una familia compra una casa, no la puede comprar de contado, no tienen la plata. Pero para hacerlo se va a comprometer a que en los próximos años va a mantener un rubro de gastos dirigidos a financiar y pagar esa casa. Es exactamente la misma propuesta para la ciudad: no lo podemos hacer de contado ni con la plata del día a día, sino que tenemos que buscar prestados esos recursos, que se van a pagar a sí mismos con las nuevas actividades económicas que se van a desarrollar.

Para tranquilizar a la gente, ¿vamos a tener que pagar más impuestos? ¿Nos vamos a arrepentir?

No. La contribución por valorización es ocasional y ese sería uno de los elementos con los que podría uno estar pensando. Hoy estamos hablando que esta valorización está mal diseñada, mal cobrada y por lo tanto hay que revisarla. Los impuestos de la ciudad son: predial, vehículos e industria y comercio. Las tarifas están establecidas y las reglas de juego están dadas.

¿Con la misma plata vamos a pagar una deuda gigante?

Lo que uno espera todos los años es que en la ciudad, que va creciendo, con las mismas tarifas, se generen más ingresos. Los mayores ingresos no provienen de gravar más a una persona, sino de tener mayores movimientos a más personas.

¿Qué tan buena paga son los bogotanos?

Muy buena paga. Si en este país podemos hablar de cultura tributaria, la cultura está en Bogotá. El bogotano no es el ciudadano que espera a que todo se lo den, sino que contribuye con la ciudad. Paga los servicio públicos a tiempo y los impuestos también. Ese resultado lo podemos evidenciar en el comportamiento que tienen frente al impuesto predial. Acabamos de terminar el primer vencimiento con el 10% de descuento: aunque no tenemos cifras consolidadas de los bancos, los preliminares indican que se recaudó más de un billón de pesos. La cifra que tenemos consolidada es al lunes anterior al vencimiento y a ese momento ya habían entrado 520.000 millones de pesos.

Analistas dicen que es mejor pagar la valorización que endeudarse. ¿Qué opina?

No es que efectivamente la población no esté dispuesta a pagar una valorización, lo que está dispuesta es a pagar algo que le corresponda, que esté bien distribuido y que se vean las obras. Por esa razón estamos diciendo “listo, si queremos que las obras se cobren al final, tenemos que definir cómo van a ser las reglas de juego de los trabajos que se cobrarían por valorización, en qué momento se van a cobrar”. Pero si se cobran al final, hay que decirle al Concejo: ¿de dónde va a salir ese crédito?

¿Si el Concejo dice que les da como opción pagar la obra al final y los deja endeudarse solo para eso ustedes estarían de acuerdo?

Si es para pagar la obra solo al final tienen que darnos recursos ahora, abrir un cupo para endeudarnos. Lo que no podemos es pedirle plata a la gente para hacer una obra que va a ver dentro de tres años.

Se habló mucho de los deprimidos de la Avenida Caracas, pero ya no están en la lista de obras para hacer con este cupo. ¿Qué pasó?

Los deprimidos no están dentro del plan porque ese proyecto ha evolucionado. Después de que se estuvo discutiendo lo que se debía hacer en la Caracas decidimos empezar a trabajar en una alianza público-privada, que tiene interés en recuperar esa avenida y la calle 80, así como electrificarlas, para paulatinamente ir en el proceso de reemplazar los buses de diésel por buses eléctricos. Ese es un proyecto que se piensa a largo plazo, pero que si no se piensa desde ahora nunca vamos a reemplazar los buses. Muchos están por terminar su vida útil, la pregunta es si podrán ser sustituidos por buses eléctricos. Hay un plazo de dos a tres años para que eso empiece a ser realidad.

¿Qué hacer con los 4,3 billones de pesos?

•    GRUPO 1. Con $749.402 millones buscan terminar las obras pendientes del acuerdo de valorización de 2005: avenidas José Celestino Mutis, Rincón Tabor, Constitución, Alsacia y Bosa.

•    GRUPO 2. Con $2.261.236 millones quieren hacer las obras, que serán financiadas en conjunto por la Nación y el Distrito: el metro pesado, los cables del sur, la troncal de TransMilenio por la Boyacá, ampliación de estaciones y algunas obras para integrar el sistema.

•    GRUPO 3. Con $615.000 millones quieren hacer parte del tranvía, arreglar andenes y el plan de ‘En bici al colegio’, con más ciclorrutas.

•    GRUPO 4. Con 674.362 millones de pesos quieren arreglar 42 colegios que no son sismorresistentes y otras obras sociales en hospitales.

Katherine Loaiza/ Publimetro

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