Bogotá

Ayer, desplazado del Chocó; hoy, guía en TransMilenio

Historia. La violencia obligó a este chocoano a dejar atrás su apoyo a jóvenes en peligro de engrosar filas de grupos armados ilegales, para buscar un nuevo rumbo en Bogotá

Por mostrarles a los jóvenes de Quibdó perspectivas de vida que los alejara de la violencia y el reclutamiento forzado de grupos al margen de la ley, Fredy Arturo Hinestroza, de 26 años, conoció el destierro. Como él, más de cuatro millones personas, han tenido que abandonar su tierra por amenazas y presiones de la grupos armados, según cifras reveladas ayer por la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a propósito de la conmemoración del Día Internacional del Refugiado. 

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De acuerdo con la portavoz de ACNUR para la Región Andina, Francesca Fontanini, con estas cifras el país “es protagonista del mayor drama humanitario de América Latina”. Por su parte, el secretario privado de la Alcaldía, Jorge Rojas, confirmó  que “cerca de cien mil familias en Bogotá padecen el desplazamiento de sus tierras como resultado del conflicto armado interno”. Así mismo, Guillermo Asprilla, alcalde encargado,  anunció que, de las 70 mil viviendas que se construirán durante el periodo, 40 mil serán para estas víctimas.

Hace dos años, luego de recibir dos advertencias graves de la guerrilla, Fredy llegó a Bogotá en busca de un sueño: poder seguir estudiando. Mientras estaba en Quibdó era estudiante de Bioquímica de la Tecnológica del Chocó, además dirigía un grupo juvenil de una ONG departamental, con el apoyo de la Vicepresidencia, para ocupar, con charlas y talleres, a jóvenes vulnerables en vez de que fueran conquistados por las balas y entraran a engrosar las filas en la selva. 

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“No duré más de tres días en Quibdó, luego de que se me acercaran dos jóvenes en una moto y me dijeran que no me metiera con el trabajo de ellos, que si yo seguía tratando la misma temática con los jóvenes, me iban a hacer un daño, a mí o a mi familia”, cuenta Fredy al recordar esos días que abandonó su hogar y su familia para volver a empezar en esta ciudad. 

Aquí, contrario a los miedos, logró vincularse a Misión Bogotá, primero como guía de rutas en TransMilenio y luego como coordinador de este grupo de guías, vinculado directamente con el Instituto para la Economía Social (IPES).

“Cada día aprendo más. Es algo muy parecido a lo que yo hacía cuando manejaba la unidad juvenil, a diferencia de que en estos momentos no es por el lado del reclutamiento, sino que acá he tenido la oportunidad de conocer jóvenes que quieren seguir progresando. Y yo también les cuento mi experiencia de vida para que se den cuenta que si uno se propone las cosas, las puede conseguir”.

Lejos de su familia (de su padre, quien tiene problemas de azúcar) y de sus amigos, Fredy logró terminar un técnico en sistemas. Y no solo apoya a quienes diariamente ubican a los pasajeros perdidos entre rutas y estaciones de TM, sino que aprovecha para transmitirles su optimismo a pesar de que parte de su historia está escrita con los tintes de la violencia.

Mayra

Alejandra Margffoy Tuay / mayra
.margffoy@publimetro.co/ @ MayMargffoyT

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