Un boquete encontrado 300 metros antes de la desembocadura del río Chicú en el río Bogotá, en el municipio de Cota, Cundinamarca, inundó 250 hectáreas de cultivo de hortalizas y causó la evacuación de 14 viviendas, según informó la Defensa Civil.
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Las autoridades reportaron que al menos 22 reses murieron ahogadas en la vereda Parcelas, en Cota, aunque la Policía logró rescatar en botes a 153 cabezas de ganado y cerca de 200 aves de corral.
Las personas damnificadas fueron albergadas en la Institución Educativa Parcelas.
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Por su parte, la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, dijo que varios de los afectados intentaron por sus propios medios tapar el boquete para frenar la inundación, lo cual podría deteriorar el trabajo realizado por técnicos.
El director de la CAR Cundinamarca, Édgar Bejarano, advirtió que quienes realicen este tipo de actividades podrían ser multados con hasta cinco salarios mínimos para quien “intervenga por su cuenta y arroje escombros”. El funcionario aseguró que las autoridades iniciaron el cierre de los 20 metros del jarillón que se rompió.
Por otro lado, el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae) indicó que en la capital hubo encharcamientos en las localidades de Kennedy y Fontibón y que las estaciones de bombeo del río Bogotá Petar, ubicada en la calle 80, y la de Gibraltar, en Bosa, se encuentran en alerta roja, aunque no se esperan problemas de inundación por reflujo.
Todas las estaciones elevadoras de bombeo trabajan a su máxima capacidad y se realizarán monitoreos permanentes de los jarillones.
En tanto, la Comisión de Seguimiento a la Ola Invernal, que está compuesta por varios senadores y representantes del Congreso, hizo serias críticas a las políticas que ha adoptado el Gobierno para atender a los damnificados por las fuertes lluvias, argumentando que el Estado no ha cumplido con sus compromisos y no ha entregado las ayudas de forma oportuna.