"Mira, mi piel es como la arena de la playa", se ríe Lyosha, de 16 años.
No estoy seguro de cómo reaccionar a su chiste. ¿Debería reírme o no? Reírme no me parece apropiado.
Lyosha nació en un pueblo remoto en el este de Siberia, Rusia, donde la pobreza y el alcoholismo sellaron su destino.
Recomendados
Los podcasts de crónica negra que usa la policía para resolver crímenes
Tratan por anemia a la pitón hallada en una piscina con 500 garrapatas
La millonaria disputa entre la Iglesia católica y la ciudad de Roma por las monedas de la Fontana...
En 2005, después de una gran celebración de Año Nuevo, su padre, en estado de delirio, tiró a sus dos hijos pequeños dentro de un gran horno a leña encendido.
El bebé de 14 meses murió quemado. Lyosha, de dos años, se salvó gracias a su madre.
Sufrió quemaduras horribles: su cabeza, sus hombros, sus brazos y pulmones, todos ellos resultaron afectados. Pero sobrevivió.