Ya nada pesará lo mismo.
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Desde este viernes, el Comité Internacional de Pesos y Medidas acordó el nuevo valor del kilogramo, la unidad de medida que por casi 130 años ha unificado en una misma expresión decimal las balanzas de casi todo el mundo.
Tras el acuerdo de los representantes de más 60 países, desde mayo de 2019, un kilogramo ya no pesará un kilo.
O, al menos, no pesará lo mismo que el prototipo universal de kilogramo, un pequeño cilindro de platino que se guardaba como medida fiel bajo tres llaves y varias bóvedas en una cripta en las afueras de París.
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A partir de ahora, su valor quedará determinado por la constante de Planck, un valor del críptico mundo de la física cuántica que, entre otras cosas, vincula la energía del fotón (la partícula elemental de esa rama) con su frecuencia.
Más allá de la compleja explicación detrás del nuevo valor, esto significa que, a partir de ahora, el kilogramo se definirá en términos de constantes que describen el mundo natural y su valor estará relacionado a "características fundamentales" del universo que no se espera que cambien (al menos en las escalas de tiempos terrenales).
Pero el kilogramo no fue el único que dejó de ser lo que era hasta ahora.
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Otras tres de las siete medidas del Sistema Internacional de Unidades (SIU) también cambiaron este viernes.
Y aunque son poco conocidas fuera de los laboratorios, también tendrán un impacto en la investigación científica a partir de mayo próximo.
La temperatura
Cuando la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, por sus siglas en francés) estableció el SIU, definió el kelvin como la unidad de temperatura.
Aunque en la vida práctica utilizamos los grados Celsius o Fahrenheit, el kelvin es ampliamente utilizado en la ciencia, ya que mide el punto en el que las moléculas y átomos de un sistema tienen la mínima energía térmica posible.
Al igual que otras escalas de temperatura, los puntos de congelación y ebullición del agua fueron factores clave para establecer el rango de la mediación: hay 100 grados entre la temperatura en la cual el agua se congela a (273.16 K) y hierve (373.16 K).
A partir de ahora, el valor del kelvin quedará establecido también por una constante física: la de Boltzmann, que relaciona temperatura absoluta y energía.
Esto, para los que nos quedamos con la física del colegio, significa que se determinará al medir la velocidad promedio (y por lo tanto la energía térmica) de un conjunto de moléculas.
La electricidad
Otro de los cambios aprobados este viernes equivale a una descarga eléctrica para los antiguos libros de física.
En efecto, la unidad internacional para medir la intensidad de la corriente eléctrica ya tampoco será la misma.
Aunque su valor, como el de casi todas las unidades de medida, varió de un país a otro, el "amperio internacional" se definió en términos de la corriente eléctrica que generaba la deposición electrolítica de una solución de nitrato de plata.