Cinco hombres armados entran en la sucursal del Banco de Chile en el barrio Matadero-Franklin de Santiago. Son las 13:15 del 16 de julio de 1925.
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La acción es rápida y contundente: los asaltantes se llevan entre 30.000 y 46.923 pesos de la época -la cantidad varía según las fuentes- y huyen en un auto marca Hudson lanzando disparos al aire.
Dos de los empleados del establecimiento resultan heridos, según los diarios de la época.
El espectacular robo pasó a la historia de Chile como el primer asalto a un banco en un país que en aquel entonces estaba poco acostumbrado a este tipo de acontecimientos.
Sus autores, enmascarados y con un marcado acento español, no fueron identificados de forma inmediata. Pero la prensa los bautizó como los Apaches.
"Los hechos recuerdan las más emocionantes películas de cine norteamericano", escribió el periódico Las Últimas Noticias, citado por el periodista chileno Marcelo Mendoza-Prado en un artículo sobre el caso publicado por el diario El País en 1994.
Pero los miembros de esa banda de atracadores no eran delincuentes anónimos.