Un beso a su esposa, un saludo a los aficionados y una sonrisa de satisfacción en la cara.
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El británico Freddie Burns se disponía a anotar el ensayo de la victoria para su club, el Bath, en el partido contra el Toulouse a escasos minutos para el final del partido que disputaba en la Champions Cup, el equivalente a la Champions League del rugby europeo.
Pero tras romper la línea defensiva y quedar completamente solo, Burns se demoró demasiado en su celebración antes de colocar la ovalada en tierra, lo que le dio tiempo al francés Maxime Médard para quitarle la pelota de la manos y evitar la anotación.